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Disfruta de la presencia de Jesús

Pero les digo la verdad: Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes.

(Juan 16:7)

Cuando Jesús estaba en el mundo, algunas personas disfrutaban de una gran proximidad con él. 

Los apóstoles, por ejemplo, convivieron más con Jesús que la multitud que lo seguía. 

La presencia física de Jesús en este mundo limitaba la posibilidad de interacción con él (Marcos 2:4).

Al despedirse de sus discípulos, 

Jesús afirmó que para ellos sería mejor que él se fuera para el cielo, porque entonces vendría el Consolador. 

El Consolador es el Espíritu Santo, descrito por Pablo como el Espíritu de Cristo (Romanos 8:9).

Con la venida del Espíritu Santo, todos tenemos la oportunidad para interactuar, aproximarnos y tener una relación de intimidad con Jesús. 

A través del Espíritu Santo podemos disfrutar de una comunión profunda con el Señor. 

Hoy, Jesús está espiritualmente presente en la vida de todo aquel que cree (Hechos 2:38).

Desarrolla tu comunión con Jesús

Cree en Jesús como tu único Señor y Salvador.

Pídele al Señor Jesús que te conceda la plenitud del Espíritu Santo.

Busca la presencia del Señor a través de la comunión con su Espíritu.


Para orar:

¡Señor Jesucristo! Yo creo en ti como mi único Señor y Salvador. 

Lléname con la plenitud de tu Santo Espíritu y ayúdame a disfrutar de tu presencia todos los días de mi vida. 

En tu nombre, Jesús, oro. Amén.

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NOVEDADES

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No te expongas al peligro, por tu propia voluntad Muchos sabemos lo que es estar en una situación difícil, cuesta arriba  o en una pendiente muy inclinada y resbaladiza, ya sea por agua, lodo,  hielo o cascajo suelto. Hace años atrás, hablaba con un amigo y hermano en cristo, acerca de las entonces dificultades y obstáculos que un cristiano suele enfrentar en su diario vivir. Cuando alguien usa estas palabras  «estoy en una situación difícil y no quiero fallarle a Dios»  para tratar de evitar un paso en falso, aunque sea pequeño, en una dirección peligrosa, entendemos muy bien la advertencia. Sentimos ansiedad por una decisión que, de pronto, podría colocarnos en un terreno perjudicial (peligroso). Muchos también sabemos que la Biblia describe los caminos resbaladizos en los que terminamos cuando deliberadamente le damos la espalda a Dios. El profeta Jeremías se refiere a aquellos que voluntariamente ignoran el peligro real, la palabra d...

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