El éxito del pastor depende en gran parte en la eficacia de reuniones sociales.
Hace falta discreción y atención en conducirlas bien.
En estas ocasiones el pastor tiene oportunidades para aplicar personalmente el sermón y también aclarar lo que no fue bien entendido.
El pastor que se dedica únicamente a su obra en el púlpito y descuida su relación personal puede ser un buen predicador pero como pastor es un fracaso.
I. La reunión de oración.
En cuanto a estas propongo las siguientes sugerencias.
Normalmente el pastor debe conducirlas si son reuniones para toda la iglesia.
Él, más que nadie, debe estar al tanto con las necesidades de la congregación.
Además, la instrucción y espíritu de la reunión de oración debe estar en armonía con la instrucción del púlpito.
Si la reunión es para un sector de la iglesia, sea los jóvenes o las mujeres, puede ser mejor que otro la conduzca.
Debemos prepararnos para la reunión en nuestros pensamientos y espíritu.
Nadie debe apoyarse en la inspiración al momento.
Sea puntual en comenzar y concluir a la hora anunciada.
La negligencia en esto desanima a la gente en asistir.
Sea breve en sus palabras y anime a los demás en lo mismo, sea, en sus oraciones, peticiones o en las canciones.
Su mensaje devocional al comenzar debe sugerir un espíritu de adoración y caridad por las necesidades de los demás.
Debemos tratar de evitar monotonía en las reuniones.
Para tener variedad, una reunión puede ser en especial agradecimiento y adoración, otra para los enfermos, otra para los ministerios de la iglesia, etc.
Si es obvio que el pensamiento y la preocupación de los demás no embarca el tema elegido debemos estar prontos en cambiar para seguir el canal de los demás.
Si hay una pausa el pastor debe estar listo con una porción de las Escrituras o tal vez pedir que uno que está presente comparte una bendición especial que ha recibido o una necesidad especial que tiene en este momento.
Un pastor con una relación personal con su iglesia debe estar preparado para conducir la reunión de tal forma que todos pueden compartir algo de su estado de ánimo.
Así todos pueden compartir gozos y cargas.
En cuanto a la presentación de peticiones en particular, mi consejo es que debemos animar a los hermanos hacerlo porque debemos utilizar todos los talentos en la iglesia.
Siempre hay una gran cantidad de poder latente en la iglesia y el pastor debe intentar desarrollarlo y asegurar que está sirviendo en la obra de Cristo.
Esto no se hace por retar y rezongar sino en desarrollar en la reunión de oración un ambiente tranquilo y familiar que desecha la vergüenza y que anima la libre expresión.
Los tímidos y retraídos pueden ser animados por hacerles una pregunta de vez en cuando.
Al contestar las preguntas ellos se acostumbran al sonido de su voz en público.
La reunión de oración es un tiempo ideal para los hermanos compartir sus experiencias en cuanto a la manera en que Dios está tratando para con ellos y su reacción.
Así ellos pueden expresar gratitud o pedir las oraciones de los demás por su lucha en aceptar la voluntad de Dios y su reacción a la debida manera.
Incluido en la reunión de oración debe ser el canto animado pero no demasiado.
Si usted no puede cantar bien sería mejor pedir la ayuda de otro que tiene el don de cantar.
Aun si usted puede cantar bien es bueno dar la responsabilidad a otros.
Así usted está libre a dedicar todo su esfuerza en dirigir la reunión.
Asegúrase que hay suficientes himnarios y libros de coros para todos.
Si el salón no está lleno anime a la gente a sentarse juntos y lo más adelante posible.
No es una reunión social si la gente está esparcida por todas partes del salón.
Nos conviene también preocuparnos por la temperatura y ventilación del ambiente.
Si no, la reunión puede ser un fracaso por razones físicas a pesar del gran esfuerzo del pastor y los hermanos presentes.
El preocuparse por el ambiente es dar atención a las leyes físicas de Dios.
Ningún pastor debe ser negligente en prestar atención a ellas.
La reunión de oración debe ser una reunión social.
Debemos eliminar toda formalidad, frialdad y rutina.
Hágala alegre con un ambiente familiar.
Es una reunión de los hijos de Dios.
Así, ambos jóvenes y ancianos van a estar atraídos y sentirán libertad en participar.
I. Una reunión de miembros para reflexionar sobre el convenio de la iglesia.
(Nota del traductor: Algunas iglesias tienen lo que se llama "los pactos y convenios de la iglesia."
El autor de este libro propone que cada tanto la iglesia debe reunirse con el solo fin de reflexionar sobre el convenio de fidelidad y comprometerse de nuevo a ellos.
Puede ser que hay mérito en semejante reunión pero, desde que no es la costumbre de hacerlo hoy día pienso que no vale la pena traducir este sector.)
II. Una reunión de iluminación.
(Anteriormente era costumbre en las iglesias tener una reunión cada semana con el solo fin de dar a los hermanos una oportunidad hacer preguntas y buscar más iluminación sobre verdades espirituales.)
La reunión de iluminación debe estar incluida en la obra del pastor.
A través de ella el pastor y la gente están más acostumbrados a esperar resultados de la predicación y enseñanza.
En cada buena iglesia hay gente que tienen preguntas y dudas.
Muchas veces hace falta tacto y sabiduría para animar que la gente se exprese.
Muchos pastores no están conscientes del gran estorbo que la ignorancia y dudas son a la obra del Espíritu Santo en la vida de la gente.
Doy las siguientes sugerencias.
Si la reunión de iluminación no es en el día del Señor debe ser poco después.
Así los que asistieron la predicación pueden hacer preguntas que saltaron con resultado de la predicación antes de que son olvidadas.
Algunos pastores tienen una reunión de oración e iluminación después de la reunión de oración vespertina.
A veces esto ha sido eficaz, especialmente para los que no son salvos y no están seguros de lo que precisa para ser salvo.
Debemos animar a los creyentes traer a la reunión de iluminación a los que están buscando la verdad.
En iglesias donde la reunión de iluminación no es la costumbre puede ser que será difícil empezarla, pero una vez que llega a ser costumbre llevará mucho fruto.
Hay varias maneras de conducir las reuniones de iluminación.
Una es la de reunir a todos en un salón y conversar con todos.
Para tener éxito con este método el pastor debe tener tacto.
Si no, él va a repasar, no más, sobre lo que fue dicho en la predicación y va a ser aburrida.
La ventaja de este método es que los que tienen preguntas van a encontrar a otros con las mismas preguntas u otros que recién encontraron las respuestas a esas mismas u otras preguntas.
Otro método es el de reunirse con cada uno personalmente o con todos los que tienen la misma pregunta.
Por regla general, cuando es posible este método es más eficaz.
Es bueno orar con aquel que tiene preguntas y animarle a orar también.
Es una ocasión ideal para ganar a los inconversos a Cristo.
A menudo su pregunta inicial será sobre algo que no tiene nada que ver con la salvación pero es posible dirigirle a la pregunta; "¿Dónde vas a pasar la eternidad?"
Tal vez no hay un solo método que serviría para cada circunstancia.
El pastor debe elegir el método que sea más eficaz para la ocasión.
El pastor debe ser claro y fiel en tratarse con los que tienen preguntas.
Si no, ellos pueden quedarse con dudas o tomar una decisión sin ser sincero.
No es suficiente decirle no más que tiene que buscar a Cristo.
Hay que explicar claramente lo que significa y la manera de hacerlo.
Hágale preguntas para asegurarse que él está arrepentido por sus pecados y que está dispuesto echarse solamente y totalmente sobre la misericordia de Dios.
El pastor debe estar preparado para la reunión de iluminación con oración y versículos de la Biblia para contestar las preguntas que muy a menudo la gente hace.
Le conviene también tener en mente ilustraciones simples sobre el arrepentimiento y la fe.
Cuando hablamos con alguien personalmente debemos asegurarle que lo que él dice será guardado en privado entre ustedes dos.
Si la gente sabe que usted no es fiel en guardar secretos tendrán temor en acercarse en busca de consejo.
Por regla general, es sabio desanimar a la gente de buscar consejo de varias personas.
Así ellos no se quedan confundidos.
Por último, es obvio que el éxito de la reunión depende del tacto del pastor.
Es imprescindible que él sea muy accesible con claridad para la gente.
I. La reunión con los que quieren ser miembros de la iglesia
Ningún candidato debe presentarse a la iglesia para membresía sin previamente reunirse con el pastor.
Por eso, a menudo, el pastor debe anunciar que está dispuesto a reunirse con los que quieren ser miembros.
Sugerencias:
El tiempo dado a tales reuniones debe ser adecuado para hacer muchas preguntas al candidato para asegurar que llena los requisitos de la membresía.
Si es un joven o menor ustedes deben consultar también con sus padres para estar seguro que ellos están de acuerdo.
Su entrevista con él debe ser completa.
La pureza de la iglesia y el bienestar del candidato depende de esto.
Es mejor frenar al candidato en esta ocasión y no cuando está delante de la iglesia.
En el día de hoy es una vergüenza encontrar gente que fue aceptada como miembro de la iglesia a pesar de su ignorancia de las verdades básicas de la fe cristiana.
"Somos renacidos por la Palabra de Dios." (I Pedro 1:23)
Por eso, es dudoso que alguien de verdad está renacido si tiene poco conocimiento de la Palabra de Dios.
En tal caso es nuestro deber enseñar y no bautizar o aceptarlos como miembros.
Debemos asegurarnos que el candidato entiende, no únicamente las verdades básicas de la cristiandad, sino también las doctrinas específicas de la iglesia y las obligaciones que él va a asumir al ser miembro de la iglesia.
Únicamente así él puede tomar una decisión inteligente.
Por eso, debemos tener a mano copias de la declaración doctrinal, los convenios de la iglesia y la constitución que podemos dar a los candidatos.
Así podemos prevenir desacuerdos y que no resulte siendo un mal entendido.
II. La reunión de oficiales de la iglesia
Los oficiales son el equipo del pastor.
Debemos compartir con ellos la responsabilidad del labor de cuidar por el bienestar de los hermanos.
El pastor que sabe compartir responsabilidades con su equipo está aliviado de muchos cargos que el no tiene que llevar.
A su vez, él puede llevar a cabo una supervisión mejor del bienestar de la iglesia.
Ningún pastor es capaz de cumplir con todo.
El pastor que consulta con los oficiales no está tan inclinado a equivocarse.
A su vez, los oficiales disfrutan del gozo de compartir algo también al bienestar de la iglesia.
Debemos tener una reunión regularmente, sea una vez por mes o cada dos meses.
Cada oficial debe estar invitado y animado a compartir en el consejo y responsabilidad.
De ante mano se debe preparar un borrador de los asuntos que vamos a presentarle a ellos.
Así no habrá mucha pérdida de tiempo.
Después de abrir la reunión con oración se debe leer la lista de los miembros de la iglesia.
Si hay miembros con necesidades especiales se debe elegir uno o más de los oficiales a preocuparse en ayudar tales miembros en tanto que sea posible.
Si hacemos esto fielmente es posible evitar mucho de la disciplina pública y la vida de la iglesia será más feliz y tranquila.
En esta reunión debemos hablar de la condición y bienestar de la iglesia y planear por la obra y atención de la iglesia.
ÑDebemos tener cuidado de no ocuparnos únicamente con la función de la iglesia y olvidarnos que la función de la iglesia es el bienestar espiritual de la gente.
III. La reunión de miembros
Es apropiado incluir estas reuniones entre reuniones devocionales porque la administración de asuntos de la iglesia siempre se debe conducir con un espíritu devocional.
Sugerimos:
El pastor es (ex oficio) el presidente o sea el que conduce las reuniones de la iglesia.
Las siguientes citas de la Biblia indican que el pastor debe presidir en las reuniones de la iglesia.
I Tes. 5:12, I Tim. 3:4-5, Heb. 13:17
El pastor debe estar al tanto con la manera debida de conducir una reunión de negocios pero en su aplicación el no debe hacerlo de tal forma que parece que se expone a sí mismo como un administrador profesional.
Debemos conducir la reunión de una forma informal sin mirar por alto las reglas.
Así los hermanos se sentirán cómodos e inclinados expresar sus opiniones y sentimientos.
En tanto que sea posible, debemos buscar unanimidad en las decisiones pero cuando no podemos alcanzarla debemos aceptar la decisión de la mayoría.
En cuanto a la aceptación de nuevos miembros la decisión debe ser unánime, especialmente con relación a su carácter cristiano.
Si no, la iglesia va a tener miembros con los cuales algunos no quieran tener comunión.
Por regla general, es posible evitar semejantes casos por tener cuidado en examinar los candidatos.
Si el pastor anticipa tal problema sería prudente desanimar a el candidato presentarse delante de la iglesia.
Así él puede proteger al candidato de la vergüenza y a la iglesia de discordia.
Anime a todos los miembros a asistir a las reuniónes y trate de mantener un ambiente espiritual.
A veces hay mal espíritu en una iglesia porque un miembro tuvo que ser disciplinado cuando algunos pocos miembros estaban presentes en la reunión.
Cuando es así, no todos comparten la decisión.
En tanto que sea posible, las decisiones como, elegir a un pastor, disciplinar o expulsar a un miembro debe ser la decisión del cuerpo entero.
PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN
1. ¿En qué contribuye la eficacia en las reuniones sociales?
2. De algunas recomendaciones para la reunión de oración.
3. Describa el propósito de una reunión de Iluminación.
4. ¿Cual es el objetivo de una reunión de membresía?
5. Mencione los aspectos más importantes en una reunión para aceptar nuevos miembros.
6. ¿Quiénes son los oficiales de la Iglesia?
7. ¿Cuál es el objetivo de las reuniones de los oficiales de la Iglesia?
8. Conforme a la palabra, ¿Quién debe presidir la reunión de los miembros de la Iglesia?
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