Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Confesión, oración y amor

 

Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz. (Santiago 5:16)

Este pasaje nos enseña que la oración puede sanar y transformar las situaciones que nos rodean. 

Al orar por nuestros hermanos, mostramos amor y fortalecemos nuestra fe. 

Es importante recordar que la oración no es solo una práctica para los momentos difíciles, sino que debe ser constante en nuestra vida. 

Ora cuando las cosas sean difíciles, pero ora también cuando las cosas vayan bien.

Debemos buscar la voluntad de Dios en nuestras oraciones siempre, abiertos a escuchar y atender las necesidades de nuestros hermanos en Cristo para ser instrumentos de su amor. 

Podemos inspirarnos en Santiago 5:16 y practicar la oración en nuestra vida diaria, buscando la sanación y la transformación no solo para nosotros, sino también para todos los que nos rodean.

Comunión que surge de la oración

Está atento a las necesidades de tus hermanos en Cristo. Intercede por ellos espontáneamente.

Mantente abierto a escuchar las necesidades de tus hermanos en la fe para atender sus demandas. 

Sé un instrumento de la paz y el amor de Dios en sus vidas.

Para ser justo delante de Dios, es necesario confesar los pecados y pedir perdón, buscando siempre la santificación en nuestra propia vida.


Para orar:

Señor, ayúdanos a orar unos por otros. 

Que seamos instrumentos de tu amor y paz en todas las circunstancias. 

Permítenos vivir en santidad y acercarnos cada vez más a ti. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¿Qué debo hacer cuando no logro entender?

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29) Moisés llegaba al final de su vida. Él estaba consciente de que moriría poco después sin lograr entrar a la "Tierra Prometida". En sus últimas palabras para el pueblo de Israel, él afirmó que existen cosas encubiertas para nosotros. Son cosas que no entenderemos jamás en esta vida, pues huyen a nuestra comprensión humana. Hay tres actitudes que nos pueden ayudar a lidiar con lo que no logramos entender: Confianza - Aun cuando no entendamos lo que sucede, podemos confiar en el Señor, pues sabemos que él conoce lo que es mejor para nosotros. Obediencia - No necesitamos entender para obedecer. La confianza nos lleva a obedecer aunque no entendamos todo. Humildad - Obedecer sin comprender, también exige humildad. La humildad nos ayudará a aceptar aquello que no entendemos. Confía y obede...

Conectado con Dios

En el mundo acelerado en el que vivimos, es fácil quedar atrapado en las redes sociales, los juegos, la música y todas las distracciones que nos ofrece la vida moderna.  Pero como cristianos, es esencial que recordemos este versículo: Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes. (Jeremías 33:3) La tecnología nos permite estar conectados con el mundo, pero a veces nos olvidamos de conectarnos con Dios. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones, responder nuestras preguntas y revelarnos maravillas que van más allá del entendimiento humano. La oración es nuestra conexión directa con Dios. Conectarnos con Dios no significa abandonar nuestra vida cotidiana, sino que lo incluimos en todos los aspectos de la misma. Al comenzar el día con oración, dar gracias por sus bendiciones, buscar su guía en tiempos de duda y compartir su mensaje de amor y esperanza con los demás, estamos verdaderamente conectados con Dios. A medida que bus...