Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Iluminado e iluminando

La luz es algo poderoso. Disipa la oscuridad y revela el camino que tenemos delante de nosotros. 

Así como la luz física nos guía, la luz espiritual nos ilumina. 

Como cristianos, estamos llamados a dejarnos iluminar por la verdad e iluminar al mundo con el amor de Cristo.

En Mateo, Jesús nos dice: Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no puede ser escondida. Tampoco se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cajón, sino sobre el candelero; y así alumbra a todos los que están en la casa. Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos. (Mateo 5:14-16)

Estas palabras nos recuerdan que no debemos ocultar la luz que hay en nuestro interior. 

Debemos permitirle brillar para que otros puedan ver el amor y la verdad de Dios a través de nosotros. 

Cuando vivimos según las enseñanzas de Jesús, somos como faros que guían a otros hacia él.

Sin embargo, para iluminar al mundo, primero debemos ser iluminados por la presencia de Cristo en nuestras vidas. 

Esto significa buscar la comunión diaria con él a través de la oración, el estudio de la Biblia y la práctica de sus enseñanzas.

Seamos como lámparas que no solo reciben luz, sino que también la comparten con quienes nos rodean. 

Que nuestras vidas reflejen la gloria de Dios e inspiren a otros a seguir el camino de la verdad y el amor.

¡Iluminando!
Ten comunión con Cristo diariamente a través de la oración y el estudio de la Biblia para que seas iluminado por su verdad y amor.

Vive según las enseñanzas de Jesús, demostrando amor y bondad en tus acciones. 

Así llevarás su luz al mundo que te rodea.

No escondas la luz que hay en ti, sino que compártela a través de buenas obras, siendo ejemplo vivo del amor y la verdad de Dios.

Para orar:
Señor, guíame por el camino de la verdad y del amor. Que tu luz brille en mi corazón, iluminando mi camino y el de quienes me rodean. Ayúdame a vivir según tus enseñanzas, para que yo pueda reflejar tu amor en este mundo. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¿Qué debo hacer cuando no logro entender?

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29) Moisés llegaba al final de su vida. Él estaba consciente de que moriría poco después sin lograr entrar a la "Tierra Prometida". En sus últimas palabras para el pueblo de Israel, él afirmó que existen cosas encubiertas para nosotros. Son cosas que no entenderemos jamás en esta vida, pues huyen a nuestra comprensión humana. Hay tres actitudes que nos pueden ayudar a lidiar con lo que no logramos entender: Confianza - Aun cuando no entendamos lo que sucede, podemos confiar en el Señor, pues sabemos que él conoce lo que es mejor para nosotros. Obediencia - No necesitamos entender para obedecer. La confianza nos lleva a obedecer aunque no entendamos todo. Humildad - Obedecer sin comprender, también exige humildad. La humildad nos ayudará a aceptar aquello que no entendemos. Confía y obede...

Conectado con Dios

En el mundo acelerado en el que vivimos, es fácil quedar atrapado en las redes sociales, los juegos, la música y todas las distracciones que nos ofrece la vida moderna.  Pero como cristianos, es esencial que recordemos este versículo: Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes. (Jeremías 33:3) La tecnología nos permite estar conectados con el mundo, pero a veces nos olvidamos de conectarnos con Dios. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones, responder nuestras preguntas y revelarnos maravillas que van más allá del entendimiento humano. La oración es nuestra conexión directa con Dios. Conectarnos con Dios no significa abandonar nuestra vida cotidiana, sino que lo incluimos en todos los aspectos de la misma. Al comenzar el día con oración, dar gracias por sus bendiciones, buscar su guía en tiempos de duda y compartir su mensaje de amor y esperanza con los demás, estamos verdaderamente conectados con Dios. A medida que bus...