Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Intercediendo por un hermano


En un mundo donde cada uno piensa solo en sí mismo, la importancia de orar por nuestros hermanos en la fe nunca ha sido tan vital. El apóstol Juan nos enseña en su carta que la oración es un acto de amor y cuidado mutuo. Lo expresa en 3 Juan 1:2:

Amado, mi oración es que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma. (3 Juan 1:2)

Cuando acudimos a Dios en intercesión por nuestros hermanos, demostramos nuestra preocupación no solo por su bienestar físico, sino también por su salud espiritual. Nuestras oraciones tocan el cuerpo, y también tocan el alma, nutriéndola con la paz y la gracia de Dios.

La oración es un acto poderoso de conexión con Dios. Cuando llevamos a nuestros hermanos ante Dios en oración, los encomendamos al cuidado del Todopoderoso, aquel que puede sanar, restaurar y bendecir abundantemente.

En nuestras oraciones podemos pedir por la salud física, mental y emocional de nuestros hermanos, y también podemos clamar por su prosperidad en todos los ámbitos de la vida. Que nuestras palabras sean como dulce incienso delante de Dios, buscando no solo el bienestar, sino la verdadera prosperidad que proviene de la íntima comunión con él.

Asumamos el compromiso de orar por nuestros hermanos, recordando siempre las palabras de Juan y el amor que debemos tener los unos por los otros. Que nuestras oraciones sean un reflejo del amor divino que vive en nuestros corazones.

Ora más por tus hermanos

Reserva un tiempo cada día para orar por tus hermanos en Cristo, ya sea en la mañana, en la tarde o en la noche.

Anota los nombres y las necesidades de tus hermanos con regularidad. Esto te ayudará a mantenerte concentrado y constante intercediendo por ellos.

Cuando conozcas a un hermano, pregúntale cómo puedes orar por él y comienza a orar de inmediato. Esta práctica fortalece los vínculos de comunión y cuidado.

Para orar:

Señor, fortalécenos para orar constantemente por nuestros hermanos en Cristo. Que nuestras intercesiones sean para ellos una fuente de consuelo, sanación y fortalecimiento espiritual. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

Con Cristo, todo el año es un año nuevo

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) El final del año es por lo general un momento de conmemoración, aunque no para todos. Para algunas personas pensar en el próximo año puede causar desánimo: "da igual, todos los años son iguales". No todos actúan de la misma manera ante la expectativa de un año nuevo. La mejor manera de romper con el desánimo es ser sincero con Dios. No hay nada mejor que abrir el corazón y exponer tus expectativas antes del "cambio de año". Dios es misericordioso, él nos oye, y es eso lo que desea que hagamos. Solo el Espíritu Santo es capaz de calmarnos y de confortarnos. ¡Permítele que lo haga! Sé sincero contigo y reconoce todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Desarrollar un corazón agradeci...