El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre. (1 Tesalonicenses 4:16-17) La Biblia nos asegura que Jesús regresará para cumplir su promesa de establecer el Reino de Dios de forma definitiva en la Tierra. Esperar el regreso de Jesús nos enseña a cultivar la fe y la paciencia. Aunque no sepamos el día ni la hora, podemos confiar, con la certeza de que Dios es fiel en sus promesas. Esta espera no es pasiva, sino que es activa: debemos vivir según las enseñanzas de Jesús, amando a Dios y al prójimo, y compartiendo su mensaje de amor y redención. Nuestros esfuerzos por amar, perdonar y compartir el evangelio adquieren un propósito más profundo cuando se ven a la luz del regreso inminente de nuestro Salvador...
El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor. (Proverbios 16:9) Hoy día, muchos usamos la tecnología para actividades habituales de nuestro diario vivir. Una de ellas, bastante utilizada por los motoristas y las personas que buscan localizar alguna dirección, es el GPS. El que usa o ha oído hablar de las aplicaciones de orientación geográfica, sabe que la mayoría de esos navegadores posee una función para actualizar la trayectoria en caso de que haya alguna alteración o algún impedimento para continuar el recorrido. Todos tenemos proyectos y sueños, pero Dios es quien controla el rumbo que nuestras vidas tomarán. A lo largo de tu trayectoria puede que tu recorrido personal pase por algunas alteraciones repentinas. Por eso, tu mente y tu corazón deben confiar en el Señor, quien ajusta la ruta de tu vida de acuerdo con su voluntad buena, perfecta y agradable. Sigue adelante con fe, bajo la orientación de Jesús, quien es el camino y el compañero fiel que ...