Jesús es Dios. Dios y Jesús son uno mismo según nos dice la Biblia. Dios, el ser supremo creador de todo, decidió revelarse como una Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu. Son tres funciones, pero una sola esencia y un único Dios. Cada una de esas tres personas es una manifestación especial de Dios. Jesús es Dios encarnado. Él es Dios hecho hombre y vino a la Tierra con la misión de salvar a la humanidad de sus pecados. Sabemos que Dios es el único que puede salvar y por eso, Jesús dijo claramente que él y el Padre eran uno: Yo y el Padre uno somos. (Juan 10:30) Esa conexión única y especial con Dios Padre, ser Dios mismo, permite que Jesús pueda salvar. El nombre Jesús significa salvador, libertador, el SEÑOR salva. Su nombre, Jesús, habla sobre la tarea que vino a cumplir. Siendo completamente hombre, Jesús era también completamente Dios. Durante su vida terrenal, él escogió someterse al Padre y vivir como un ser humano, pero sin pecar ni dejar de ser Dios. Esto no es fácil...
Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. Y, si ustedes pertenecen a Cristo, son la descendencia de Abraham y herederos según la promesa. (Gálatas 3:26-29) Vivimos tiempos en los que las personas se aferran a cada rasgo de personalidad, característica física, preferencias, color de piel, género y otras cosas para afirmar su identidad. La identidad se ha convertido en el tema más importante de la cultura pop, debes saber definir tu identidad. Es un error común terminar reducido a estas categorías mencionadas anteriormente, como si, por ejemplo, el color de la piel fuera la mayor característica de esa persona. El hecho es que para los judíos en la época de Jesús, ser judíos también era su mayor rasgo de identidad y eso importaba. En vista de esto, Pablo afirm...