Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

El principio de la sabiduría es el temor del Señor


¿Deseas ser una persona sabia? ¿Te gustaría tener una postura coherente y sensata frente a las decisiones difíciles? Dios puede ayudarte a ser una persona prudente en el camino de la vida.

El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos. ¡Su alabanza permanece para siempre! (Salmo 111:10)

Temer a Dios es respetarlo, honrarlo y amarlo por encima de todo. Ese temor no implica pavor, sino una reverencia que reconoce que el Señor está sobre todo y todos. Es precisamente por ser el Todopoderoso, Creador y sustentador del universo que él merece nuestra estima, atención y obediencia.

La Biblia nos enseña que si deseamos tener sentido común en todas las áreas de la vida, necesitamos apreciar a Dios, considerándolo como más importante que todo y todos. El temor de Dios orienta en las decisiones, edifica sueños, trae reconciliación, bendice hogares y da juicio a los que están alejados del camino.

Teme a Dios y sé sabio
Evalúa en tu corazón si realmente temes a Dios de forma correcta.

Haz el siguiente ejercicio: imagina una persona poderosa en el mundo. ¿Cómo la tratarías si te la encontraras de frente ahora? Dios merece mucho más tu atención, temor y admiración.
Pídele a Dios que te ayude a crecer en temor, amor y tu dedicación a él.

Busca la sabiduría que viene de lo alto a través de la Palabra de Dios (Santiago 3:13-18).

Para orar:
Señor Dios, quiero temer tu santo y glorioso nombre. Tú eres el Dios soberano sobre todo y todos. Ayúdame a entender que tu Palabra me orienta a ser más sabio y temeroso de ti. Comenzando por mí, que tú seas engrandecido y respetado hoy y siempre. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

Con Cristo, todo el año es un año nuevo

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) El final del año es por lo general un momento de conmemoración, aunque no para todos. Para algunas personas pensar en el próximo año puede causar desánimo: "da igual, todos los años son iguales". No todos actúan de la misma manera ante la expectativa de un año nuevo. La mejor manera de romper con el desánimo es ser sincero con Dios. No hay nada mejor que abrir el corazón y exponer tus expectativas antes del "cambio de año". Dios es misericordioso, él nos oye, y es eso lo que desea que hagamos. Solo el Espíritu Santo es capaz de calmarnos y de confortarnos. ¡Permítele que lo haga! Sé sincero contigo y reconoce todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Desarrollar un corazón agradeci...