Dichos de Salomón El hijo sabio acepta la corrección del padre; el insolente no hace caso de reprensiones. Cada uno recoge el fruto de lo que dice, pero los traidores tienen hambre de violencia. Cuidar las palabras es cuidarse uno mismo; el que habla mucho se arruina solo. El perezoso desea y no consigue; el que trabaja, prospera. El hombre justo odia la mentira; el malvado es motivo de vergüenza y deshonra. La rectitud protege al hombre intachable; la maldad destruye al pecador. Hay quienes no tienen nada y presumen de ricos, y hay quienes todo lo tienen y aparentan ser pobres. La riqueza del rico le salva la vida; pero el pobre jamás escucha amenazas. Los justos son como una luz brillante; los malvados, como una lámpara que se apaga. El orgullo solo provoca peleas; la sabiduría está con los humildes. La riqueza ilusoria, disminuye; el que la junta poco a poco, la aumenta. Esperanza frustrada, corazón afligido; pero el deseo cumplido es como un árbol de vida. El que desatiende un
On Line... Proclamar, enseñar, evangelizar, discipular, ganar y capacitar. Sin almas ganadas, no hay nadie para enseñar.