Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

La más grande y maravillosa responsabilidad: Llevar el Mensaje de Cristo.

Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad.
_________________________________



En alguna ocasión nos hemos encontrado con situaciones poco agradables donde la tensión toma poder sobre nosotros cuando alguien nos dice ‘ No comprendo’. Esa frase logra frustrarnos porque de alguna manera nos hace pensar que no nos sabemos explicar y por otra parte para los que hemos dicho tal frase , puede que nos sintamos con poco entendimiento o sabiduría para entender o comprender ciertas cosas.

Pero yéndonos más allá esto puede ser una indicación para que tomemos la tarea de prepararnos cada día más, adquirir mayor sabiduría y por supuesto… instruir a los demás sin distinguir edad, sexo o status social.

Sobre ti y sobre mi esta la más grande y maravillosa responsabilidad de llevar el mensaje de Cristo. (Marcos 16:15)

Obviamente no podemos hacerlos solos, hay muchos factores que podrían ser obstáculo; como el idioma, sin embargo como a Dios no se le escapa nada el se ha encargado de darnos la sabiduría y estrategias para que su palabra llegue a cada rincón del mundo.

Mientras tanto tu y yo podemos realizar esta gran misión relacionándonos y acercándonos más a las personas que estan en nuestro entorno, amigos, familiares, compañeros de trabajo incluso algún desconocido con el que nos topemos por la calle.

Creo que el hoy es el tiempo indicado para que actuemos y nos enfoquemos en esta gran comisión, es hora de que entendamos lo que con claridad nos ha sido revelado… Dad de gracia lo que por Gracia hemos recibido… 

Da el mensaje de Salvación Hoy.

*

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...