Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Con Jesús, todo puede cambiar

¡Con Jesús, todo puede cambiar! 

En la Biblia, somos testigos de innumerables transformaciones poderosas cuando las personas se encuentran con él.

Desde la curación de dolencias físicas hasta la liberación de adicciones y pecados, Jesús demostró su poder para lograr un cambio genuino y una restauración completa.

Jesús no solo transforma las circunstancias, sino también los corazones. 

Cuando nos rendimos a él, Cristo nos purifica, renueva nuestra mente y nos capacita para vivir una vida plena. 

Con Jesús, ya no estamos atrapados por nuestros errores, miedos o limitaciones. 

Él nos ofrece esperanza, perdón y un verdadero propósito.

Si estás enfrentando desafíos, recuerda que con Jesús no hay situación que sea imposible de transformar. 

Confía en él, entrégale tu vida y deja que él obre en ti. 

Él es el Dios que hace milagros y puede cambiar todo para que sea mejor. 

Deja que su presencia y poder guíen tus pasos y verás que sucede el cambio.

Sé mejor con Jesús

Busca tener un encuentro personal con Jesús: Toma tiempo para conocer a Jesús a través de la lectura de la Biblia y la oración. 

Permítele que transforme tu corazón y tu vida.

Confía en el poder transformador de Jesús: Reconoce que él tiene el poder para cambiar cualquier situación. 

Entrégale a él tus dificultades y desafíos.

Vive una vida rendida a Jesús: Permite que él sea el Señor de tu vida. Sigue sus enseñanzas, ama a tu prójimo y busca vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.


Para orar:

Señor Jesús, te pido que me encuentres, transformes mi vida y me concedas esperanza y propósito. 

Permíteme confiar en tu poder transformador y vivir una vida rendida a ti. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

Con Cristo, todo el año es un año nuevo

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) El final del año es por lo general un momento de conmemoración, aunque no para todos. Para algunas personas pensar en el próximo año puede causar desánimo: "da igual, todos los años son iguales". No todos actúan de la misma manera ante la expectativa de un año nuevo. La mejor manera de romper con el desánimo es ser sincero con Dios. No hay nada mejor que abrir el corazón y exponer tus expectativas antes del "cambio de año". Dios es misericordioso, él nos oye, y es eso lo que desea que hagamos. Solo el Espíritu Santo es capaz de calmarnos y de confortarnos. ¡Permítele que lo haga! Sé sincero contigo y reconoce todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Desarrollar un corazón agradeci...