Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

¿Águila o avestruz?


Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra. (Colosenses 3:1-2)

¿Te pareces más a un águila o a un avestruz? 

El águila es un animal imponente, posee una visión extraordinaria y es símbolo de fuerza, poder y gloria, inclusive en la Biblia. 

El águila simboliza a Juan porque esta ave es considerada un animal sabio y clarividente, que cuando vuela mira directamente al sol, y el Evangelio de Juan es más abstracto y teológico que los demás. (Salmos 103:4-5),

Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: dejarse morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará unos ciento cincuenta días. 

Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido improvisado cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar.

En la Biblia hay muchas referencias al avestruz, lo que indica que se trataba de un ave muy conocida por los hebreos ya que, como se ha señalado, en aquellos tiempos era  también abundante en Medio Oriente. 

Aparece en las listas de los animales impuros según la ley levítica (Lv. 11:16; Dt. 14:15).

El avestruz es un ave enorme, resistente al calor y extremadamente veloz, pero no puede volar. 

Su naturaleza condiciona su existencia a la dimensión terrenal. 

Está limitado a lo que le puede dar el suelo y es vulnerable cuando tiene la cabeza 'literalmente' en la tierra.

Existen muchas analogías por ahí relacionando a esos animales. 

Aquí solo nos gustaría llamar la atención hacia esto: ¡piensa en el cielo! 

A pesar de que estamos en la tierra como el avestruz, nuestra morada y nuestra meta principal deben estar en las regiones celestiales. 

Vuela alto como lo hace el águila.

Nuestra nueva naturaleza en Cristo nos permite vivir la plenitud celestial, volando alto por fe, priorizando las cosas correctas, pensando y actuando como ciudadanos del cielo.

Piensa en las cosas de lo alto

Presta atención a tu enfoque: el mundo limita nuestra visión haciéndonos olvidar lo que realmente importa.

Cambia tu modo de pensar y de actuar: busca parecerte más a Jesús.

Piensa en las promesas celestiales - reflexiona sobre cuán pasajera es la vida en la tierra.

Ora y aliméntate de la Palabra diariamente. 

Dios renueva tus fuerzas como las del águila.

A pesar de las cualidades del avestruz, no puede volar por sí mismo. 

Cristo es quien nos coloca en las regiones celestiales. 

¡Sé humilde y agradecido!

Afírmate en Dios y en su poder. 

No te apegues a las cosas pequeñas de esta tierra.


Para orar:

Señor mi Dios, ayúdame a pensar y actuar como alguien que va a morar en el cielo. 

Enséñame a no vivir apegado a las cosas pasajeras de este mundo. 

Dame fuerzas para enfocarme en lo que realmente importa amándote a ti por encima de todo y amando a todos los que están a mi alrededor. 

Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

Con Cristo, todo el año es un año nuevo

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) El final del año es por lo general un momento de conmemoración, aunque no para todos. Para algunas personas pensar en el próximo año puede causar desánimo: "da igual, todos los años son iguales". No todos actúan de la misma manera ante la expectativa de un año nuevo. La mejor manera de romper con el desánimo es ser sincero con Dios. No hay nada mejor que abrir el corazón y exponer tus expectativas antes del "cambio de año". Dios es misericordioso, él nos oye, y es eso lo que desea que hagamos. Solo el Espíritu Santo es capaz de calmarnos y de confortarnos. ¡Permítele que lo haga! Sé sincero contigo y reconoce todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Desarrollar un corazón agradeci...