( Juan 4:17b-18)
Si de verdad amamos a Dios, ¿por qué tenemos temor?
El amor echa fuera el temor y atrae a Dios.
Él es nuestro refugio seguro y no hay nada que pueda subyugarlo.
El que ama a Dios y sigue sus pasos no tiene nada que temer.
La única cosa que nos puede separar de Dios es el pecado.
El pecado conlleva culpa y la culpa precede al castigo.
Por eso, la mejor manera de alejar el temor es alejándose del pecado.
¡Andar con Dios nos inyecta valor!
Cuando estamos en su presencia nos sentimos seguros y confiados en su poder.
Perfecciónate en el amor de Dios y siéntete seguro.
Aleja de tu vida el miedo y experimenta la paz que excede a todo conocimiento (Filipenses 4:6-7).
Echa fuera el temor.
Aumenta tu intimidad con Dios.
Búscalo a través de la oración.
Cuéntale a Dios cuáles son tus temores.
Abre tu corazón ante Dios.
Lee la Palabra de Dios.
Ella nos ayuda a acercarnos a Dios y a desmitificar el temor.
Para orar:
Señor Dios, tú eres poderoso y en ti encuentro seguridad.
Guarda mi corazón. Ilumina mi camino para que yo pueda experimentar tu amor cada día.
En el nombre de Jesús, amén.
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