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Prepárate y enseña

Son para que temas al SEÑOR tu Dios, tú con tu hijo y el hijo de tu hijo, guardando todos los días de tu vida todas sus leyes y sus mandamientos que yo te mando, a fin de que tus días sean prolongados.
(Deuteronomio 6:2)

Cuando Jesús enseñó el Sermón del Monte, dijo que el que practica lo que ha oído es sabio, mientras que el que no lo practica es necio. 

El sabio prosperará, mientras que el necio verá su ruina. 

Ahora, piensa en cómo se aplica esto al versículo que destacamos hoy.

Entiende que para que tú, tus hijos y tus nietos vivan mucho tiempo y prosperen, necesitan obedecer las enseñanzas del Señor. 

Esta prosperidad no es inmediata ni es solo para ti, sino que eres llamado a transmitirla a la próxima generación.

¿Conoces y practicas las enseñanzas de Dios lo suficiente como para enseñarlas a tus hijos? 

Busca, medita y practica. Solo así podrás bendecir a tus futuras generaciones enseñándoles el camino del Señor.

Busca y practica

Aparta un tiempo de tu día o de tu semana para leer la Biblia de forma profunda.

Guarda en tu corazón los versículos que te parecen más importantes, aquellos que te hablan más.

Anota tus pensamientos, guarda en tu corazón lo que aprendes para que un día puedas transmitir eso a tus hijos y tus nietos.


Para orar:

Señor Dios, mi Padre y Señor, te pido que me enseñes a seguir tu Palabra. 

Te pido que me des fuerzas para ser fiel a tus mandamientos y guardar tu ley que está escrita en mi corazón. 

Que mi vida esté llena de frutos de justicia, como corresponde a los que te pertenecen, Dios. 

Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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