Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Te desanima tu aparente falta de crecimiento espiritual?


En su casa nueva, Raquel encontró una planta abandonada en un rincón oscuro de la cocina.

Las hojas arrugadas y polvorientas parecían de una orquídea enmohecida, y se imaginó lo hermosa que luciría la planta cuando brotara de nuevo.

Movió la maceta a un lugar cerca de la ventana, le cortó las hojas y la regó.

Compró fertilizante y lo puso en las raíces.

Durante semanas, inspeccionó la planta, pero los brotes no aparecían.

«Le daré un mes más —nos comento, a su esposo y a mi—.

Si no pasa nada para entonces, la tiro».

Cuando llegó el día de decidir, no podía creer lo que veía: ¡dos pequeños brotes estaban asomando entre las hojas!

La planta que estuvo a punto de descartar seguía viva.

A veces, ¿te desanima tu aparente falta de crecimiento espiritual?

Quizá te descontrolas con frecuencia o disfrutas de ese chisme malicioso que no puedes evitar contarle a alguien.

O tal vez te levantes demasiado tarde como para orar o leer tu Biblia, aunque habías decidido poner la alarma más temprano.

¿Por qué no le cuentas a un amigo confiable sobre las áreas de tu vida en las que deseas crecer espiritualmente, y le pides que ore por ti y te aliente a ser responsable?

Ten paciencia.

Crecerás en la medida en que permitas
que el Espíritu Santo obre en ti.

Oremos:

"Señor, dame paciencia conmigo mismo y con los demás, te lo suplico en el nombre de tu Hijo Jesus, Amen"

Cada pequeño paso de fe es un escalón gigante de crecimiento.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

Con Cristo, todo el año es un año nuevo

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) El final del año es por lo general un momento de conmemoración, aunque no para todos. Para algunas personas pensar en el próximo año puede causar desánimo: "da igual, todos los años son iguales". No todos actúan de la misma manera ante la expectativa de un año nuevo. La mejor manera de romper con el desánimo es ser sincero con Dios. No hay nada mejor que abrir el corazón y exponer tus expectativas antes del "cambio de año". Dios es misericordioso, él nos oye, y es eso lo que desea que hagamos. Solo el Espíritu Santo es capaz de calmarnos y de confortarnos. ¡Permítele que lo haga! Sé sincero contigo y reconoce todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Desarrollar un corazón agradeci...