Hay momentos en los que nos sentimos limitados o con las «manos atadas» en ciertas situaciones de la vida. Podemos ser competentes en muchas áreas, pero en realidad no tenemos el control de todas las cosas.
Ahí es cuando nos damos cuenta de lo limitados que estamos. Aun siendo pequeños y frágiles, tenemos un Dios grande y poderoso que está presto para ayudarnos. Si deseamos verlo actuar a nuestro favor, tenemos que confiar en él y tener fe.
Jesucristo sabía que la fe es capaz de mover montañas. Él enfatizó en su ministerio el poder de la fe. Cuando canalizamos nuestra fe en Dios, lo imposible puede llegar a ser posible.
Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible.
(Marcos 10:27)
Lo imposible puede ser una realidad con la fe puesta en Dios. Con fe podemos atravesar el mar en tierra seca (Hebreos 11:29). A través de la fe podemos derribar los muros en nuestras vidas (Hebreos 11:30).
No pongas límites a tus sueños, pon fe
Pon a Dios en primer lugar. Él suplirá a tu vida en todas las áreas.
Comparte tus sueños con Dios. Él te quiere oír.
Aférrate a Dios en medio de tus desafíos. Él quiere estar contigo.
Para orar:
Señor, tú eres maravilloso. Yo tengo limitaciones, pero tu poder es ilimitado. ¡Cuando deposito mi fe en ti todo es posible! Amén.
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