Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. (Hebreos 10:23) Para mantener encendida una hoguera de leña, debes ponerle leña con frecuencia. Si dejas de echarle leña al fuego, la llama perderá poco a poco su intensidad y su calor. La esperanza, como una llama, debe alimentarse para que se mantenga encendida. Y el combustible que mantiene firme la esperanza es la Palabra de Dios. A través de la Biblia conocemos y accedemos a las promesas del Señor, manteniéndolas encendidas en nuestro corazón. Dios es fiel en cumplir todas sus promesas, por eso debemos vivir conforme a la Palabra de Dios. Mantenemos encendida la llama de la esperanza cuando permanecemos en las promesas del Señor a través de las Escrituras. Cuanto más creemos y buscamos a Dios, más radiante se vuelve nuestra esperanza. ¡No permitas que se apague la llama de la esperanza! El que prometió es fiel en cumplir todas las promesas. Sigue creyendo,...
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