Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Él te sostendrá

Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre. (Salmo 55:22)

Muchas veces pasamos por situaciones y cosas que no nos dejan dormir con tranquilidad: cuentas por pagar, compromisos y responsabilidades. 

¿Estamos lidiando con esas situaciones de la forma que nos indica la Biblia?

Si somos hijos de Dios, ¿por qué sentimos tanta inseguridad? 

Un factor que muestra nuestra madurez espiritual es cómo reaccionamos a esos desafíos de la vida. 

El futuro pertenece a Dios y ese debería ser uno de los muchos motivos por los que nuestro corazón permanece tranquilo.

Los problemas y los desafíos de la vida seguirán surgiendo, mas cuando buscamos a Dios mostramos que confiamos en su Palabra. 

Cuando confiamos. 

verdaderamente en él, los problemas dejan de afectarnos negativamente.

Confiar en Dios es un ejercicio práctico, es una cuestión de madurez, santificación y de búsqueda incesante del Reino. 

Dios nunca permitirá que un justo caiga. ¡Confía en Dios y sigue adelante! ¡Él te sostendrá!

Confiando más en Dios.

La Biblia es el manual que nos ayuda a confiar más en Dios. 

En ella encontramos todas las palabras necesarias para fortalecer nuestra fe.
La oración es un ejercicio práctico de confianza. 

Cuando liberamos nuestras angustias y se las presentamos a Dios estamos diciéndole que solo él nos puede ayudar de verdad.

La confianza aleja el miedo y la fe forma parte de cómo confiamos en Dios. Sin fe es imposible agradar a Dios. 

Cuando fortalecemos nuestra fe con la lectura de la Palabra o la oración, aumentamos nuestra confianza en Dios.


Para orar:
Señor Dios, enséñame a confiar más en ti. 

Sé que cuidas de tus hijos con amor y quiero sentirme todavía más seguro y amado en tus brazos. 

¡Toda fuerza y poder te pertenecen a ti! 

Por eso quiero alabar y engrandecer tu nombre. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...