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Tránslate / Traducción

Ten hoy un encuentro con la Palabra de Dios


El sumo sacerdote Jilquías le dijo al cronista Safán: «He encontrado el libro de la ley en el templo del Señor». Entonces se lo entregó a Safán, y este, después de leerlo, fue y le informó al rey... - 2 Reyes 22:8-9a

Cuando el rey Josías comenzó a reinar en Israel, era apenas un niño y no conocía la Ley de Dios. Muchos años después encontraron el Libro en el templo y lo llevaron ante el rey. Al oír lo que decía, Josías se humilló y se arrepintió. Decidió en su corazón cumplir todo lo que estaba escrito. La Biblia nos dice que él agradó al Señor haciendo todo correctamente.

¿A cuántos de nosotros no nos gustaría también vivir rectamente y agradar al Señor?

Cada día intentamos gobernar nuestras vidas de la mejor manera, pero sin las referencias correctas que Dios nos dio en su Palabra, eso será imposible. Si no nos interesamos en la Biblia, ¿cómo podemos agradar a Dios? ¿Es posible lograrlo sin conocerle personalmente?

La historia del rey Josías ilustra bien cómo nosotros podemos proceder. Josías no conocía la Palabra del Señor, mas cuando la encontró, la consideró valiosa. La oyó y se arrepintió rápidamente. Se humilló y la obedeció.

¡Ten hoy un encuentro con la Palabra de Dios!

Valorízala. Invierte tiempo de calidad leyéndola y meditando en ella cada día. Medita con humildad, arrepiéntete y obedece con fidelidad.

Para comenzar a conocer más hoy:

Reencuentra la Palabra de Dios durante el día.

Analiza cuál es el mejor momento de tu día para dedicarte a la lectura atenta de la Biblia.

¡Desconéctate de las distracciones! Ve a un lugar tranquilo y disfruta del conocimiento de Dios.

Ora y pide a Dios que hable a tu corazón a través de su Palabra.

Toma nota de los pasajes, las reflexiones o los descubrimientos personales que haces durante la lectura.

Aplica a tu vida práctica todo lo que aprendes con la Palabra de Dios.

Comparte con otros la riqueza de ese conocimiento.

Para orar:

Señor, gracias porque te puedo conocer a través de tu Palabra. Ayúdame a amarte más y a dedicar tiempo de mi día para conocer mejor la Biblia leyendo, oyendo, meditando y practicando con fidelidad. Tal como pasó con el rey Josías, ayúdame a tener un corazón humilde, arrepentido y obediente a ti, para estar siempre preparado para cumplir tu voluntad expresada en las Escrituras. Amén.

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