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Abandona lo que te haga retroceder

Pero mi justo vivirá por la fe. Y, si se vuelve atrás, no será de mi agrado.

Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. (Hebreos 10:38-39)

Vivir por la fe es indispensable para todos los creyentes en Jesús. 

Es por medio de la fe que el cristiano demuestra su dependencia y confianza en el amor de Dios y que le tiene como su esperanza viva. 

Sin embargo, cuando transferimos esa confianza a otro lugar o simplemente nos alejamos de Dios, estamos retrocediendo en la fe.

Si has basado tu vida y confianza en algo creado y no en el Creador, corres el gran riesgo de retroceder. 

¡No negocies tu fe! 

Deposítala en la roca inamovible, aquel que es el autor y consumador de nuestra fe: ¡Jesús! 

Pon tus ojos en él, no te distraigas con las cosas de este mundo. Cree por encima de las circunstancias. 

Vale la pena vivir por la fe.

Cree y no retrocedas:
Mantén tu fe viva y activa. 

Ora, oye, lee, estudia y medita en la palabra de Dios (la fe viene por medio de la Biblia).

Ora y pide al Señor que te ayude a mantenerte firme en la fe en él.

Pon en práctica la fe que tienes en el Señor y en su palabra pues la fe sin obras es muerta.

Busca involucrarte en la iglesia y en grupos de crecimiento y discipulado.

Apoya y anima a otras personas a fortalecer su fe en Dios.


Para orar:
Querido Dios, gracias por el don de la fe que nos has concedido a nosotros, tus hijos. 

Ayúdame a no retroceder sino permanecer firme en ti, creyendo en los fundamentos de tu palabra. 

Aumenta nuestra fe y ayúdanos a vivirla en la práctica cada día. 

Que nuestro corazón no se aparte de la gracia y la esperanza que encontramos en Jesucristo. 

Bendice para que muchos otros puedan alcanzar la fe en ti, oh Dios verdadero, y que también puedan vivir por la fe. 

En el nombre de Jesús, amén.

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