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Mostrando entradas de noviembre, 2024

¡Nosotros confiamos en Dios!

Estos confían en sus carros de guerra, aquellos confían en sus corceles, pero nosotros confiamos en el nombre del Señor nuestro Dios. (Salmo 20:7) Vivimos en un tiempo en el que el mundo define a las personas por lo que tienen y no por lo que son.  Puede parecer algo de nuestra época, pero antiguamente las cosas también eran así. Tener posesiones y poder financiero ha sido siempre algo perseguido por muchas personas. Infelizmente, muchos que consiguen tener una situación financiera estable acaban depositando su confianza en las propias posesiones lo cual los hace vulnerables.  Todo en la vida pasa menos la Palabra de Dios. Hay cosas que el dinero no puede comprar: nuestra intimidad con Dios, el poder del Espíritu Santo y nuestra salvación en Cristo Jesús.  Esos tres factores son esenciales para la vida de cualquier ser humano, sea rico o sea pobre.  ¡Tenemos acceso a todo esto de forma gratuita y por la gracia de Dios! Cuando depositamos nuestra fe en las cosas, la depositamos en el si

Las bondades de Dios se renuevan cada mañana

El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota.  Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! (Lamentaciones 3:22-23) ¿Te has preguntado alguna vez qué sería de nosotros sin la misericordia de Dios?  Con certeza nuestro rumbo sería la destrucción, la condenación eterna.  El amor de Dios es la razón por la que no somos consumidos. Cada mañana las misericordias del Señor se renuevan sobre nosotros.  Y es precisamente gracias a su gran amor que estamos vivos hoy.  Agradécele por este nuevo día y confía en la fidelidad de Dios. La mejor forma de comenzar el día es con el corazón lleno de gratitud ante Dios.  Cuando estimulamos nuestro corazón a alabar y a agradecer a Dios estamos reconociendo todo lo que el Señor ha hecho por nosotros. El reconocimiento es una forma de alabar y la gratitud es una forma de ofrendar.  Dios quiere relacionarse con nosotros y cada día es un buen día para hablar con él. Comienza bien el día. Al despertar haz una oraci

Marca la ruta

El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor. (Proverbios 16:9) Hoy día, muchos usamos la tecnología para actividades habituales de nuestro diario vivir. Una de ellas, bastante utilizada por los motoristas y las personas que buscan localizar alguna dirección, es el GPS. El que usa o ha oído hablar de las aplicaciones de orientación geográfica, sabe que la mayoría de esos navegadores posee una función para actualizar la trayectoria en caso de que haya alguna alteración o algún impedimento para continuar el recorrido. Todos tenemos proyectos y sueños, pero Dios es quien controla el rumbo que nuestras vidas tomarán. A lo largo de tu trayectoria puede que tu recorrido personal pase por algunas alteraciones repentinas. Por eso, tu mente y tu corazón deben confiar en el Señor, quien ajusta la ruta de tu vida de acuerdo con su voluntad buena, perfecta y agradable. Sigue adelante con fe, bajo la orientación de Jesús, quien es el camino y el compañero fiel que conduc

No se cae ni una hoja de un árbol sin que Dios lo permita

La frase "No se cae ni una hoja de un árbol sin que Dios lo permita" nos recuerda que Dios tiene siempre el control de las cosas. Esto significa que nada sucede sin que él lo permita.  Así como una hoja no cae del árbol sin que Dios lo permita, las cosas en nuestra vida también suceden según lo que él quiere. Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol elevado, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová lo he hablado y lo he cumplido (Ezequiel 17:24) Ese dicho nos hace pensar en confiar más en Dios y no preocuparnos tanto por los problemas que nos rodean. Incluso cuando las cosas son difíciles, podemos confiar en que Dios nos está cuidando.  También nos recuerda que necesitamos a Dios para todo.  Así como una hoja necesita del árbol para vivir, nosotros necesitamos que Dios nos sostenga y proteja. Por eso, podemos estar tranquilos sabiendo que Dios cuida de nosotros en cada situación. Confía en Dios Confí

Dios nos ama desde siempre

Dios nos creó y nos amó desde el principio. Él nos amaba desde antes de que fuéramos conscientes de quiénes somos. El amor de Dios no tiene barreras físicas ni temporales. ¡Él nos ama desde siempre! Cuando nos damos cuenta de que Dios nos ama y reconocemos su prueba de amor encarnada en Jesús, nuestra vida toma otra perspectiva. Nos sobrecoge una oleada de gratitud que nos lleva a preguntarnos qué hicimos para recibir tanto amor. Si buscamos una razón que se justifique en nosotros, no la encontraremos. ¡Dios eligió amarnos porque él es Dios! Recibimos su amor gratuitamente y debemos reciprocarlo de la misma forma. Ama a Dios incondicionalmente. Corresponde el amor de Dios amándolo. Esa «vía doble» se llama relación. Amar y ser amado, esa es la relación que Dios quiere tener con nosotros. Para corresponder el amor de Dios: Ama a Dios (1 Crónicas 16:34 y Deuteronomio 6:5). Ama a tu prójimo (Mateo 22:36-40 y 1 Juan 4:19-21). Obedece su Palabra (Juan 14:15 y Juan 14:21). Comparte su amor (