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Tránslate / Traducción

Dios nos hace felices


En nuestra vida, Dios es como la luz que nos hace felices. Cuando las cosas se ponen difíciles, él está siempre ahí, dándonos consuelo y amor. Cuando leemos lo que Dios dice en la Biblia, sentimos paz. Dios es como una luz que aleja las tinieblas de las cosas que no entendemos y nos muestra caminos de esperanza.

La gracia de Dios es como una fortaleza que nos ayuda cuando nos sentimos débiles. Sabemos que no estamos solos porque él siempre está con nosotros.

Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza. (Jeremías 29:11)

Cuando las cosas van bien, es como si Dios nos sonriera y nos bendijera todos los días. Cada vez que caminamos según su Palabra, vemos a Dios mostrando su amor por nosotros. Incluso cuando las cosas van mal, sabemos que Dios tiene el control. Él es la razón por la que podemos estar gozosos, pase lo que pase, porque su amor es para siempre.


Dios nos da un propósito que va más allá de las cosas aquí en la Tierra. Nuestro gozo no depende de lo que suceda ahora, sino de la certeza de que estaremos con él para siempre. Demos gracias a Dios porque él es el motivo de nuestra alegría. ¡Pidamos que siga iluminando nuestro camino, dándonos esperanza y alegría con cada nuevo día!


Alégrate en Dios

Toma un momento para darle gracias a Dios por sus bendiciones diarias. Reconoce su amor en los detalles simples de la vida.

Aparta tiempo para la lectura de la Biblia, pues comprender la Palabra de Dios fortalece la fe y trae gozo.

Mantente en comunicación constante con Dios a través de la oración. La intimidad en una relación genera alegría en el corazón.

Para orar:

Señor, en tus manos confiamos nuestros días. Estamos agradecidos por las bendiciones y desafíos diarios que nos hacen más fuertes. Guíanos con tu sabiduría, ilumina nuestros pasos. Queremos sentir tu presencia en cada momento y encontrar alegría en tu amor constante. Amén.

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NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

Con Cristo, todo el año es un año nuevo

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) El final del año es por lo general un momento de conmemoración, aunque no para todos. Para algunas personas pensar en el próximo año puede causar desánimo: "da igual, todos los años son iguales". No todos actúan de la misma manera ante la expectativa de un año nuevo. La mejor manera de romper con el desánimo es ser sincero con Dios. No hay nada mejor que abrir el corazón y exponer tus expectativas antes del "cambio de año". Dios es misericordioso, él nos oye, y es eso lo que desea que hagamos. Solo el Espíritu Santo es capaz de calmarnos y de confortarnos. ¡Permítele que lo haga! Sé sincero contigo y reconoce todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Desarrollar un corazón agradeci...