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Tránslate / Traducción

La mentalidad de Cristo es vida


La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. (Romanos 8:6)

Tener la mente de Cristo implica caminar y actuar de acuerdo con su Palabra, la Biblia. Cuando obedecemos la Palabra, no debe tratarse solamente de una obediencia ciega, sino que Dios quiere que entendamos el propósito detrás de nuestras acciones. Este es el resultado de una fe y una obediencia basadas en el amor, no en el miedo.

Cuando entendemos nuestro propósito ante Dios, desarrollamos una mentalidad que da prioridad a lo espiritual, por lo que comenzamos a tener la mente del Espíritu. Pronto, las trampas de la mentalidad terrenal -el deseo de éxito, dinero y poder desenfrenado- dejarán de contaminarnos.

Tener la mentalidad de Cristo es buscar estar en armonía con la Palabra de Dios, actuando y reflejando así el rostro de Cristo a través de nuestras actitudes. Mientras más lo buscamos, más nos acercamos a Dios y comenzamos a tener una mentalidad que prefiere lo que realmente importa.

Tener la mente de Cristo

Para tener la mente de Cristo, debemos conocer a Cristo. Podemos adquirir ese conocimiento estudiando los Evangelios.

Más que imitar, debemos comprender las acciones de Jesús y buscar actuar como él.

Compórtate según la Palabra de Dios, por amor y no por miedo. El miedo supone castigo y Dios es amor.

Para orar:

Señor Jesús, quiero vivir según tu Palabra, quiero buscar las cosas de lo alto. ¡Sé que todo lo que el mundo me ofrece tiene fecha de caducidad, pero tu amor y tu paz son eternos! ¡Amén!

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NOVEDADES

Busca a Dios y revístete de poder

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6:33) Muchas veces pasamos por momentos difíciles y nos sentimos débiles, sin fuerzas para continuar. El mundo que nos rodea puede estar lleno de desafíos, pero la Biblia nos enseña que cuando buscamos a Dios, encontramos fuerza, paz y dirección para nuestras vidas. Buscar a Dios significa ponerlo a él primero, confiar en él y buscar su presencia todos los días. Cuando oramos, leemos la Biblia y adoramos a Dios, nos conectamos con él y recibimos su poder. Este poder nos fortalece para afrontar cualquier dificultad y nos da valentía para luchar las batallas diarias. La cobertura del poder de Dios ocurre cuando permitimos que el Espíritu Santo actúe en nuestras vidas. Él nos da sabiduría, nos guía y nos ayuda a vivir según la voluntad de Dios. A menudo resolvemos las cosas por nuestra cuenta y nos sentimos cansados. Pero cuando entregamos todo a Dios, él nos renueva y nos da fuerzas para...

¡Estás rodeado!

Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano. (Salmo 139:5) Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad. (Salmo 5:12) Es común escuchar esa frase en las películas de acción durante los enfrentamientos y persecuciones policíacas.  David también vivió varias situaciones peligrosas, sitiado y teniendo que luchar o huir de enemigos mortales.  Pero, contrario a lo que vemos en esos escenarios de amenaza, peligro y tensión, la Biblia nos habla de un cerco diferente: Dios rodea con bondad y protección a los que confían. En estos salmos David declara que Dios es el escudo que rodea a sus justos. A pesar de todo el riesgo y la aflicción que puedan enfrentar, la presencia del Señor mantiene el corazón en paz y seguridad.  Así también nosotros podemos confiar que Dios nos rodea por todos los lados. Como con un abrazo protector, el Señor nos ayuda y nos envuelve constantemente con su amor fiel. 🤲 ¡Un momento! Ant...

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