Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Encuentra sentido y felicidad en Dios

Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.
-- Salmo 37:4

Timothy Keller, pastor y autor cristiano norteamericano, dijo en su libro Dioses que fallan: «Si esperamos que alguna cosa creada nos dé el sentido, la esperanza y la felicidad que solo puede darnos Dios, al final no conseguirá hacerlo y nos romperá el corazón.»

De hecho, solo podremos alcanzar todo lo que más deseamos en la vida cuando lo busquemos en Jesucristo. 

Muchas veces nos sentimos frustrados porque basamos nuestra razón de vivir en personas o en cosas. 

Pero la Biblia nos muestra que el sentido de la vida, la alegría verdadera y el sentido de realización personal solo pueden ser satisfechos en Dios que nos hizo para su propósito y conoce nuestro corazón. 

¡Pon en él tu confianza! Dios te puede transformar en una persona realizada y feliz.

Encuentra sentido y satisfacción en el Señor

Busca a Dios en 1er lugar. Terminarás decepcionado si buscas tu sentido de realización en los lugares equivocados.

Ora y entrégale a Dios tus sueños y metas en la vida. Él te dará lo que sea mejor para ti.

Confía en Dios de todo corazón. Él te puede restaurar y renovar tu esperanza.

Encuentra en la Biblia la clave para obtener las respuestas que estás buscando. 

La Palabra de Dios es fuente de luz y alimento para tu alma.

Con Jesús, Dios te concede todas las bendiciones. Sin él nunca te sentirás completo y feliz.


Para orar:

Señor Dios, gracias pues solo en ti puedo encontrar la alegría plena. 

¡Son tantas las veces en las que he terminado decepcionado y frustrado por haber confiado en personas, en cosas o en mí mismo! 

Perdóname por buscar la felicidad en criaturas limitadas y no en ti. 

Las cosas pasajeras de esta vida no pueden satisfacer los deseos de mi corazón. 

¡Pero tú puedes todas las cosas! 

Moldéame y lléname de alegría pura y verdadera. 

En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

Con Cristo, todo el año es un año nuevo

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) El final del año es por lo general un momento de conmemoración, aunque no para todos. Para algunas personas pensar en el próximo año puede causar desánimo: "da igual, todos los años son iguales". No todos actúan de la misma manera ante la expectativa de un año nuevo. La mejor manera de romper con el desánimo es ser sincero con Dios. No hay nada mejor que abrir el corazón y exponer tus expectativas antes del "cambio de año". Dios es misericordioso, él nos oye, y es eso lo que desea que hagamos. Solo el Espíritu Santo es capaz de calmarnos y de confortarnos. ¡Permítele que lo haga! Sé sincero contigo y reconoce todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Desarrollar un corazón agradeci...