Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. - Romanos 8:14 Imagina un automóvil controlado por alguien inhabilitado o por una persona con condiciones psicológicas comprometidas debido al uso del alcohol o las drogas... No es difícil prever las posibles consecuencias desastrosas para ese vehículo hipotético y para todos los que se encuentren en su camino. De la misma forma hay muchos que andan dirigiendo sus propias vidas causándose a sí mismos y a los que les rodean terribles "accidentes". ¿Por qué sucede esto? Esto es porque, infelizmente, lejos de Dios no somos capaces de guiar nuestras propias vidas. Necesitamos ser guiados por el Espíritu de Dios para que podamos ser sus hijos y comportarnos como tal. De no ser él, pondremos a otro ídolo en el control, sea a nosotros mismos, el dinero, el poder, a otra persona, los vicios, alguna falsa creencia, etc. Siempre habrá un conductor dando dirección a nuestras vidas. ...
On Line... Proclamar, enseñar, evangelizar, discipular, ganar y capacitar. Sin almas ganadas, no hay nadie para enseñar.