Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
(Romanos 15:13)
La verdadera alegría se encuentra en Jesús.
A través de él nuestro corazón rebosa de esperanza y paz.
La esperanza derramada por el Espíritu Santo es más grande que el miedo.
En Jesús tenemos claros nuestro propósito y nuestra meta.
El Espíritu Santo nos mantiene llenos de esperanza y enfocados en Cristo.
Por eso es tan importante que le busquemos.
Debemos aprender a ser como Pablo y Silas (Hechos 16:16-34), quienes estaban llenos del Espíritu Santo y ni la humillación ni las rejas consiguieron apagar la llama del Espíritu Santo en ellos.
¡Que Dios llene hoy tu corazón de esperanza!
¡Que tu vida rebose y refleje el poder del Espíritu Santo!
Llena tu corazón de esperanza
Busca al Espíritu Santo de todo corazón.
Su poder nos renueva y nos llena de esperanza.
Lee la Palabra. La esperanza y la fe deben ser alimentadas.
Habla con Dios.
Él quiere oírte y derramar en ti su paz.
Para orar:
¡Señor, derrama tu paz y tu amor!
Mi esperanza está en ti. Renuévame, lléname de tu Espíritu.
En el nombre de Jesús, amén.
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