Desde el mediodía y hasta la media tarde toda la tierra quedó sumida en la oscuridad, pues el sol se ocultó.
Y la cortina del santuario del templo se rasgó en dos.
Entonces Jesús exclamó con fuerza:
¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!
Y al decir esto, expiró.
(Lucas 23:44-46)
Cuando Jesús - la Luz del mundo - murió por nosotros, toda la tierra se oscureció...
Todo el universo se inclinó ante ese acontecimiento tan trágico: el Salvador de todos fue muerto en la cruz.
Allí en el lugar llamado «La Calavera» y al lado de dos criminales, Jesús padeció en nuestro lugar.
No nos dio solo un «descuento» por nuestros fallos sino que pagó todo el precio por mis pecados y por los tuyos.
Hay un momento determinado en el año en el que gran parte del mundo se alborota ante los incentivos y las tácticas del mercado guiado por el deseo consumista de posesión y comodidad.
Somos seducidos a adquirir cosas que no necesitamos por un precio «reducido».
Pero detente a pensar por un instante: ¿qué es lo que necesitamos en realidad?
Necesitamos dejar de ser impulsados por cosas tan superficiales y sin sentido.
No debemos dejarnos llevar (ingenuamente) por todos los vientos y modas sino ser guiados por Dios aun para hacer las compras más sencillas en nuestro día a día.
Recuerda el verdadero Black Friday...
Aquel «viernes negro» en el que Jesús se dio gratuitamente por amor al mundo entero.
Para que todo aquel que cree en él no se pierda eternamente, mas tenga la Vida eterna por gracia (ver Juan 3:16).
Disfruta el Black Friday de la cruz de Cristo hoy y cada día.
Si ya has aceptado el sacrificio de Jesús, puedes vivir una vida nueva con él todos los días.
Si aun no lo has hecho, no dejes pasar esta oportunidad.
¡Entrega tu vida a Jesús hoy por fe!
Lee Lucas 23 y 24.
Medita en todo lo que Jesús pasó por amor: sufrió, murió y resucitó.
Ora y agradece por la gran ofrenda que Dios nos concedió al darnos a su Hijo unigénito en la cruz.
Da gracias a Dios por el perdón de los pecados y por la salvación obtenida por la fe en Jesucristo.
¡Es por los méritos de Cristo!
¡No hay nada que puedas hacer que logre pagar o retribuir tal dádiva!
Comparte con otros la Vida y los efectos maravillosos de aquel triste Black Friday.
Esto sí que vale la pena divulgar y participar.
Para orar:
Señor Dios, muchas gracias por la salvación en Cristo Jesús.
¡No hay una ofrenda mayor ni mejor en todo el universo!
No tengo palabras para agradecer un amor y un perdón tan grande que me fue concedido en Jesús, en la cruz.
Ayúdame a vivir de modo digno, mirando todos los días de mi vida hacia el autor y consumador de mi fe, el Señor Jesucristo.
Enséñame a no llenar mi corazón con las cosas de este mundo.
En tu nombre, Jesús, amén.
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