Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

El amor de Dios es todo


Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)

El amor de Dios es la esencia de nuestra existencia. Es incondicional, infinito y poderoso. No hay nada en este mundo que se compare con la profundidad del amor de Dios. El Señor, en su infinita bondad, nos creó para poder experimentar este amor en su plenitud.

Por toda la Biblia vemos innumerables pruebas del cuidado y afecto de Dios por nosotros. Él no solo nos creó, sino que nos sostiene cada día. Incluso cuando fallamos, cuando nos alejamos, su amor permanece constante. La prueba más grande de este amor fue la entrega de su Hijo Jesucristo, quien vino al mundo, sufrió y murió por nuestros pecados, para que pudiéramos tener vida eterna. Esta es la demostración de amor más sublime que jamás haya existido.

Cuando entendemos la grandeza de este amor, todo en nuestras vidas comienza a tener sentido. Él nos da propósito, nos sana, nos fortalece. No importa lo que enfrentemos, el amor de Dios es suficiente para sostenernos y guiarnos a través de las tormentas de la vida. Él es el ancla que mantiene firme nuestra alma.

Vivir con la certeza del amor de Dios transforma completamente nuestro camino. Nos llena de paz, esperanza y alegría, recordándonos siempre que, en Dios, tenemos todo lo que necesitamos.

Siente el amor de Dios cada día

Busca a Dios en oración: conéctate con él diariamente para buscar su dirección y sabiduría en todas las cosas.

Practica el perdón: así como Dios nos perdona, limpia tu corazón de heridas y rencores para que puedas vivir en paz.

Ama a tu prójimo: demuestra el amor de Dios en tus actitudes, ayudando, apoyando y animando a quienes te rodean.

Para orar:

Señor Dios, te doy gracias por tu amor incondicional que me sostiene y guía diariamente. Ayúdame a reflejar este amor en mis actitudes, a perdonar y amar a los demás. Que siempre busque tu presencia, confiando en ti en todo momento. En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

LA UNIDAD DE EL CRISTIANO: Estudio Bíblico

¿CON QUÉ AUTORDAD? “Mas no ruego sólo por estos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos, para que todos sean uno. Como tu, oh Padre, estas en mi y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tu me enviaste” ( Hechos 17:20-21 , LBLA). INTRODUCCIÓN Este pasaje del evangelio según Juan capitulo 17:20-21 muestra claramente cuál es la voluntad de Dios en cuanto a la clase de unidad que Dios desea de los creyentes. Animo a todos los lectores a que presten mucha atención a este tema ya que es uno de mucha importancia. Les animo a que practiquen los siguientes tres pasajes Bíblicos ( Hechos 17:11; 1 Tesalonicenses 5:21 & 1 Juan 4:1 ). Espero que después que haya leído estos pasajes usted crea lo que dice la Biblia y no lo que yo digo. Lo que siempre debe de importarnos es lo que dice Dios y no lo que los hombres, y sus doctrinas enseñan. La unidad del cristiano es un tema muy importante a considerar. Dios desea que Su pueblo este...

No le des la espalda a Dios, por tu propio bien!

No te expongas al peligro, por tu propia voluntad Muchos sabemos lo que es estar en una situación difícil, cuesta arriba  o en una pendiente muy inclinada y resbaladiza, ya sea por agua, lodo,  hielo o cascajo suelto. Hace años atrás, hablaba con un amigo y hermano en cristo, acerca de las entonces dificultades y obstáculos que un cristiano suele enfrentar en su diario vivir. Cuando alguien usa estas palabras  «estoy en una situación difícil y no quiero fallarle a Dios»  para tratar de evitar un paso en falso, aunque sea pequeño, en una dirección peligrosa, entendemos muy bien la advertencia. Sentimos ansiedad por una decisión que, de pronto, podría colocarnos en un terreno perjudicial (peligroso). Muchos también sabemos que la Biblia describe los caminos resbaladizos en los que terminamos cuando deliberadamente le damos la espalda a Dios. El profeta Jeremías se refiere a aquellos que voluntariamente ignoran el peligro real, la palabra d...

No confundas los desafíos con derrotas

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. (Juan 16:33) En la vida es común enfrentar momentos en los que todo parece desmoronarse. Las puertas se cierran, soplan vientos contrarios y el alma se siente abatida. En momentos así, muchos confunden el desafío con la derrota. Pero es importante entender que el desafío es una parte esencial del crecimiento, no el final del viaje. Los desafíos nos moldean, nos fortalecen y nos acercan a Dios. Nos enseñan a confiar más, a orar con más fervor y a depender completamente de la gracia de Dios. Cuando David se enfrentó a Goliat, fue un desafío, no una derrota. Cuando José fue vendido por sus hermanos y arrojado a la cárcel, fue un proceso, no el final de la historia. Dios nunca prometió una ausencia de luchas, pero garantizó su presencia constante en medio de ellas. Él convierte el desierto en un camino y el dolor en un propósito. Si hoy estás enfrentando algo difícil,...