(Hechos 5:29)
Los apóstoles y discípulos recibieron de Cristo la misión desafiadora de anunciar el Evangelio.
Sin embargo, los líderes judíos la rechazaron, negándose a oír e intentando impedir que ellos predicaran el mensaje del Señor Jesús.
En nuestros días vivimos limitaciones diferentes, pero las imposiciones son bastante similares.
Los hombres que rechazan a Dios intentan silenciar el Evangelio genuino con sus agendas seculares y su ideología dominante.
Pero es más importante obedecer a Dios que a los hombres.
Esfuérzate en vivir los principios y valores de la Biblia cueste lo que cueste.
Anuncia toda la Palabra de Jesucristo aunque algunos te rechacen o intenten impedirlo.
Ninguna institución humana cumplirá esa tarea que compete a la Iglesia de Dios.
Por eso, en la fuerza del Espíritu Santo, revístete de las armas que Dios da y testifica la salvación de Jesús al mundo.
Obedece a Dios primero
Medita:
¿estás de acuerdo o te inclinas favorablemente a temas actuales que la Biblia no apoya?
¿Sientes vergüenza de decirle a tus conocidos no creyentes que eres cristiano evangélico?
Asume una conducta cristiana dentro y fuera de la iglesia.
El mundo necesita ver el carácter de Cristo reflejado en su pueblo.
Oye la voz de Dios (su Palabra) y obedece fielmente sus mandamientos.
Ora y da testimonio de lo que Cristo ha hecho en tu vida. Habla y vive el amor de Dios.
No te escondas. Marca la diferencia manteniendo una postura cristiana estable y sabia.
Para orar:
Señor Dios, ayúdame a obedecerte en primer lugar sin temerle al juicio o al rechazo de los demás.
Que yo siga tu verdad, aun cuando los hombres defiendan la mentira y amen la oscuridad.
Enséñame a vivir la fe ardiente, basada en los principios bíblicos y a testificar con corazón puro tu amor verdadero.
Que mi conciencia sea gobernada por tus leyes por encima de los patrones humanos.
En el nombre de Jesús, amén.
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