Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. (Filipenses 4:8)
La Palabra de Dios dice que debemos enfocar nuestra atención en las cosas buenas. Es un fundamento esencial: todo lo que es bueno proviene de Dios. Cuando buscamos a Dios estamos buscando lo que es realmente bueno.
Ahora bien, buscar a Dios requiere un esfuerzo personal. Para pensar en cosas buenas necesitamos buscar lo que es bueno, puro y amable. Tenemos que desviar nuestra mente de la maldad, del desánimo y del pesimismo. Nuestra carnalidad quiere hacernos caer, pero a través del Espíritu Santo podemos someter nuestra carne a la Palabra viva.
Pensando en lo que es bueno
Levántate con el pensamiento de que el nuevo día de vida es una dádiva, no «otro día de sufrimiento».
Comienza tu día hablando con Dios. Pídele que bendiga tu día.
Huye de la apariencia del mal. Evita las discusiones innecesarias.
Recuerda que Dios hace que ocurra lo imposible. Solo necesitas creer en su poder.
Para orar:
Señor, tu presencia me hace feliz. Cuida de mi ser. Guíame para que esta sea una jornada provechosa. Todo lo bueno proviene de ti, bendice mi vida. En el nombre de Jesús, amén.
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