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Tránslate / Traducción

¿Cómo pueden decir...?


En el Señor hallo refugio. ¿Cómo, pues, se atreven a decirme: «Huye al monte, como las aves»? (Salmo 11:1)

El salmista, al poner toda su confianza en Dios, está seguro de que ninguno de sus enemigos quedará impune. David, el autor del salmo, no piensa que él es simplemente invencible - y nosotros no debemos pensar eso sobre nosotros mismos-, pues cada día tiene su propio mal. Él escribe acerca de la justicia de Dios. Dios ama a los justos y detesta a los impíos.

Aunque suframos mucho en nuestra vida debido a personas terribles y seamos perjudicados, podemos descansar en Dios. Eso es así porque él es el justiciero, el juez justo de toda realidad. Su trono está en los cielos y de allá viene todo lo que acontece aquí.

Si alguien te robó, te humilló, te insultó o te perjudicó de alguna manera y no se arrepiente, Dios lo llevará a juicio. De la misma forma sucede con nosotros: seremos juzgados a menos que nos arrepintamos de nuestros pecados y creamos en Cristo Jesús.

Practica la justicia

Lee todo el Salmo 11

Evalúate y considera si eres justo o impío

Ora y confía en Dios, pues él te traerá justicia

Para orar:

Señor Dios, mi Padre, y Jesucristo mi Salvador, te ruego que me protejas y me guardes de todo mal. Cuando los impíos me amenazan y perturban mi paz, que yo esté protegido bajo tus alas a salvo de los ataques malignos. Que mis enemigos y yo nos arrepintamos de nuestros pecados y estemos eternamente a tu lado, Señor, pues en Cristo ya fueron pagados los pecados de toda la humanidad. En el nombre de Jesús, amén.

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NOVEDADES

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¿Qué debo hacer cuando no logro entender?

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29) Moisés llegaba al final de su vida. Él estaba consciente de que moriría poco después sin lograr entrar a la "Tierra Prometida". En sus últimas palabras para el pueblo de Israel, él afirmó que existen cosas encubiertas para nosotros. Son cosas que no entenderemos jamás en esta vida, pues huyen a nuestra comprensión humana. Hay tres actitudes que nos pueden ayudar a lidiar con lo que no logramos entender: Confianza - Aun cuando no entendamos lo que sucede, podemos confiar en el Señor, pues sabemos que él conoce lo que es mejor para nosotros. Obediencia - No necesitamos entender para obedecer. La confianza nos lleva a obedecer aunque no entendamos todo. Humildad - Obedecer sin comprender, también exige humildad. La humildad nos ayudará a aceptar aquello que no entendemos. Confía y obede...

Conectado con Dios

En el mundo acelerado en el que vivimos, es fácil quedar atrapado en las redes sociales, los juegos, la música y todas las distracciones que nos ofrece la vida moderna.  Pero como cristianos, es esencial que recordemos este versículo: Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes. (Jeremías 33:3) La tecnología nos permite estar conectados con el mundo, pero a veces nos olvidamos de conectarnos con Dios. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones, responder nuestras preguntas y revelarnos maravillas que van más allá del entendimiento humano. La oración es nuestra conexión directa con Dios. Conectarnos con Dios no significa abandonar nuestra vida cotidiana, sino que lo incluimos en todos los aspectos de la misma. Al comenzar el día con oración, dar gracias por sus bendiciones, buscar su guía en tiempos de duda y compartir su mensaje de amor y esperanza con los demás, estamos verdaderamente conectados con Dios. A medida que bus...