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Tránslate / Traducción

El mejor lugar del mundo


Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios. (Juan 6:68-69)

Cuando Pedro hizo esta declaración, Jesús estaba enseñando y rodeado de muchos otros discípulos. Algunos de ellos comenzaron a seguirle porque habían visto muchos milagros y sanidades. Otros le seguían porque recibieron alimentos en la gran multiplicación de los panes y los peces. Pero a pesar de eso, muchos de estos discípulos no creían todavía en Jesús y comenzaron a abandonarle porque consideraban que su enseñanza era muy dura.

Jesús preguntó entonces a los doce discípulos si ellos también se querían ir. Pedro, al igual que algunos que ya creían en el Señor, sabía que no tenían a dónde ir... ¡No hay otro lugar en el mundo mejor que estar en la presencia de Jesús! Solo él tiene palabras de vida eterna. Solo él es capaz de satisfacer la mayor hambre de tu existencia. Quien conoce el amor de Dios, de verdad sabe que no hay otro lugar mejor para estar que junto al Salvador.

Para que estés hoy en el mejor lugar:

¿Tú crees en el Señor? Para poder creer necesitas conocer a Dios y su amor a través de la Biblia.

Independientemente de lo que te haya llevado a seguir a Cristo, que sean la fe y el amor los que te mantengan junto a él todos los días.

Confía en Jesús para tu provisión diaria.

Ora y busca estar en la presencia de Dios cuando te sientas lejos de sus caminos.

Si sientes que todavía no eres un discípulo fiel de Jesús, pide orientación a un cristiano más maduro o al pastor de una iglesia cristiana evangélica.

Agradece a Dios, porque en Jesús tendrás más que milagros y bendiciones: con Cristo obtendrás conocimiento para la vida eterna.

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Para orar:

Señor Dios, muchas gracias por el mejor lugar donde podría estar: ¡en Cristo! Gracias porque nada en este mundo es mejor que andar lado a lado contigo y aprender de Dios. Ayúdame a creer y a permanecer en la presencia de Jesús todos los días de mi vida y así sabré que todo lo demás estará bien. Quédate hoy y siempre conmigo. En el nombre de Jesús, amén.

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