
Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. (Apocalipsis 21:5a)
Dios no solo quiere mejorar partes de tu vida, él quiere revolucionarla por completo. El Señor se especializa en transformar el caos en orden, el vacío en propósito y el dolor en testimonio. Muchas veces nos acostumbramos a la rutina, con los mismos problemas y limitaciones, pensando que esa es nuestra realidad definitiva. Pero Dios tiene planes más grandes. Él no quiere que simplemente sobrevivas, él quiere que vivas plenamente en Cristo.
La revolución que Dios propone comienza de adentro hacia afuera. No se trata solo de que cambien las circunstancias externas, sino de que un corazón entregado se transforme totalmente. Cuando le entregamos a Dios nuestros caminos, nuestra mente se renueva, nuestras prioridades cambian y comenzamos a ver el mundo a través de los ojos de la fe.
Jesús no vino al mundo para fundar una religión, sino para traer nueva vida. Tocó a los intocables, perdonó a los imperdonables y amó a los olvidados. Esa misma gracia está disponible hoy. No importa dónde estés o lo que hayas vivido, Dios puede reescribir tu historia.
Permitir que Dios revolucione tu vida es renunciar al control y confiar en que él sabe cuál es el mejor camino. Al hacerlo, permites que él sane heridas profundas, restaure relaciones rotas y dé propósito donde había desilusión.
No fuiste creado para vivir una vida mediocre. Hay un llamado sobre ti y Dios quiere hacer algo extraordinario a través de tu vida. Simplemente di que sí. Deja que el Espíritu Santo guíe tus pasos y prepárate para experimentar una revolución de amor, poder y transformación. Dios quiere revolucionar tu vida hoy. Simplemente abre tu corazón.
Deja que Dios te transforme
Reconoce tu necesidad de cambio y dile “sí” a Dios. La transformación comienza cuando le permitimos entrar y tomar control de nuestras vidas.
A través de la oración y la lectura de la Biblia, Dios moldea tu mente y fortalece tu fe. Una relación diaria con él es esencial para experimentar una verdadera revolución espiritual.
Confía en la guía divina en lugar de actuar por impulso. El Espíritu Santo revela el mejor camino y trae paz incluso en medio de las mayores incertidumbres de la vida.
Para orar:
Señor, te entrego mi vida y mis caminos. Transforma mi corazón, renueva mi mente y guíame con tu Espíritu. Hágase en mí tu voluntad. Haz todo nuevo, Señor, y revoluciona mi historia con tu amor, poder y gracia. En el nombre de Jesús, amén.
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