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Mostrando entradas de octubre, 2025

Tránslate / Traducción

Formación Pastoral (4. Tiempos)

El líder aprende a esperar su tiempo - El reloj de Dios no es el nuestro --Si nos espera unos minutos más le tramitamos la entrada al Perú—dijo el agente de inmigración en la frontera del Ecuador y Perú. Hacía un sol insoportable y a lo lejos se adivinaba el inicio del desierto de Tumbes, esa magnífica extensión de arena que muere en las márgenes del mar Pacífico. Saúl miró el reloj, miró al funcionario, nos miró a nosotros, hizo un gesto de desagrado y siguió leyendo el diario. En los titulares anunciaban un nuevo triunfo del corredor de autos colombiano Juan Pablo Montoya. Sobre una margen del diario anunciaban nuevos esfuerzos de Venezuela por conquistar el mercado petrolero internacional. Una nueva mirada al reloj de pared. Habían transcurrido veinte minutos. Unos ojos inquisitivos que recorren a los presentes, el gesto de desagrado que había hecho anteriormente y la disposición de seguir leyendo. --¡Esto es el colmo¡--vociferó:--Llevo dos horas esperando una autorización y todaví...

Refugio bajo las alas del Señor

¡Que el Señor te recompense por lo que has hecho! ¡Que el Señor, bajo cuyas alas has buscado refugio, te premie por esta acción tuya! (Rut 2:12) La historia de Rut nos muestra que la fidelidad y la valentía no pasan desapercibidas ante Dios. Rut era extranjera, viuda y no tenía un futuro garantizado. Sin embargo, decidió permanecer al lado de su suegra, Noemí, y confiar en el Dios de Israel. Este acto de fe y lealtad fue reconocido por Booz, y aún más por el Señor, quien transformó la vida de Rut en un testimonio de esperanza y restauración. Lo mismo ocurre con nosotros. A menudo nos sentimos desplazados, inseguros o abrumados. Sin embargo, cuando elegimos refugiarnos bajo las alas del Todopoderoso, descubrimos que él es nuestro protector, proveedor y quien nos recompensa. Lo que hacemos con fidelidad, amor y perseverancia nunca será en vano. El Señor no olvida el esfuerzo silencioso, la bondad practicada sin aplausos ni la fe cultivada en medio del dolor. Aunque nadie lo vea, Dios obs...

Eres un canal de bendición para tu prójimo

Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. Hebreos 13:16) ¿Alguna vez te has parado a pensar en el impacto que tu vida tiene en las personas que te rodean? A menudo creemos que para marcar la diferencia necesitamos hacer grandes cosas, pero la verdad es que cada acto de amor y generosidad cuenta. Una sonrisa, una palabra de aliento o un simple gesto de ayuda pueden transformar el día de alguien. Dios nos ha llamado a ser canales de bendiciones. Él nos da talentos, recursos y oportunidades para compartir con los demás. Cuando tendemos la mano a los necesitados, reflejamos el amor de Cristo y difundimos esperanza. Nuestra vida adquiere un propósito mayor cuando dejamos de mirar solo nuestras propias necesidades y empezamos a ver a los demás con compasión. Incluso en tiempos difíciles, puedes ser un instrumento de Dios. Tal vez una palabra reconfortante tuya sea justo lo que alguien necesita escuchar. Ayudar no es solo dar algo material...