Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6:33)
El corazón que anhela más de Dios es un corazón que reconoce su total dependencia de él. Este deseo no surge de un simple impulso, sino de un encuentro genuino con el amor transformador de Cristo.
Cuando nos acercamos a Dios, descubrimos que él siempre tiene más que ofrecernos: más paz, más alegría, más propósito.
Queremos más de Dios porque sabemos que solo él es capaz de llenar el vacío de nuestra alma. Ningún logro, relación o riqueza en este mundo puede reemplazar la presencia divina. Es en la búsqueda de Dios que encontramos la verdadera realización.
Sin embargo, buscar más de Dios requiere de entrega. Es dejar de lado nuestros deseos para vivir los planes que él tiene para nosotros. Es pasar tiempo en oración, meditando en la Palabra y cultivando la intimidad con el Padre. La profundidad de nuestra relación con Dios es proporcional a nuestra disposición a buscarlo.
Cuando decimos “quiero más de Dios”, no estamos pidiendo algo temporal. Estamos clamando por una vida transformada, guiada por el Espíritu Santo y anclada en su voluntad. Este deseo nos lleva a un camino de fe más profundo, donde crecemos en santidad y reflejamos más de Cristo al mundo.
Hoy, toma la decisión de buscar al Señor con todo tu corazón. No importa dónde estés o lo que hayas logrado espiritualmente, Dios tiene más para ti. Y ese “más” es infinitamente más grande y mejor que cualquier cosa que puedas imaginar.
Recibe más de Dios hoy 🙌
Da prioridad a pasar tiempo con Dios: reserva momentos diarios para la oración y la meditación en la Palabra.
Lleva tu voluntad ante el Padre: confía y entrega tus planes para vivir los propósitos de Dios.
Cultiva un corazón agradecido: reconoce las bendiciones de Dios y busca reflejar a Cristo en tus acciones.
Para orar:
Amado Señor, yo te busco con todo mi corazón. Lléname de tu presencia y guía mis pasos según tu voluntad. Ayúdame a confiar en ti, a obedecerte y reflejar tu amor. Que yo pueda conocerte cada día más y vivir para tu gloria. En el nombre de Jesús, amén.
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