Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Sembrando buenas actitudes


No se engañen; Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará. (Gálatas 6:7)

La vida cristiana se compara a menudo con un campo. Cada decisión, cada gesto, cada palabra es como una semilla que se siembra. Cuando sembramos buenas actitudes, regadas por el amor de Cristo, sin duda cosecharemos frutos que honrarán a Dios y bendecirán a quienes nos rodean.

Las buenas actitudes no solo dependen de las circunstancias, sino de un corazón transformado por el Espíritu Santo. Sonreír cuando alguien está desanimado, extender la mano a quien lo necesita, perdonar a quien nos ha ofendido o simplemente escuchar atentamente son pequeñas semillas que producen grandes cosechas. El mundo anhela actos de bondad y compasión, y nosotros, como discípulos de Jesús, estamos llamados a ser luz y sal, revelando su carácter con nuestras acciones.

Es importante recordar que sembrar requiere constancia. No basta con hacer una buena acción de vez en cuando. Debemos cultivar la práctica de hacer el bien a diario. Incluso cuando no veamos resultados inmediatos, la Palabra nos asegura que, a su debido tiempo, cosecharemos. La paciencia y la perseverancia son parte de este proceso, pues Dios obra a la perfección, incluso si no comprendemos todos sus caminos.

Cuando nuestras acciones son guiadas por el amor, glorificamos al Señor y nos convertimos en instrumentos de su gracia. A menudo, un simple acto puede transformar la vida de alguien, reavivando la esperanza y demostrando que Cristo está presente. Por lo tanto, no nos cansemos de hacer el bien, porque toda semilla plantada con fe dará fruto eterno.

Elijamos, día tras día, sembrar buenas obras. Así, no solo recibiremos bendición, sino que también nos convertiremos en canales de la bendición de Dios, difundiendo su amor en este mundo tan necesitado de la verdadera luz de Cristo.

🤲 ¡Un momento! Antes de continuar, únete a nuestro canal y recibe una palabra de ánimo cada día.

📲 Recibe devocionales y Palabra de Dios en tu WhatsApp

Los pequeños gestos transforman

Practicar buenas obras requiere perseverancia. Incluso sin resultados inmediatos, debemos confiar en que Dios dará fruto a su debido tiempo, fortaleciendo nuestra fe y edificando vidas.

Actos sencillos como sonreír, escuchar o perdonar, son semillas poderosas. Incluso cuando son discretas, producen grandes cosechas, revelando el amor de Cristo y renovando la esperanza en el corazón humano.

Cuando nuestras actitudes reflejan el carácter de Cristo, glorificamos a Dios. Así, nos convertimos en instrumentos vivos, difundiendo luz, compasión y gracia en un mundo sediento de amor.

Para orar:

Querido Señor, enséñanos a sembrar buenas actitudes cada día. Que nuestras palabras y acciones reflejen tu amor y traigan esperanza a quienes nos rodean. Concédenos perseverancia para no desanimarnos ante las dificultades y sensibilidad para percibir las necesidades de los demás. Que seamos canales de tu gracia, difundiendo bondad, paz y compasión, glorificando tu nombre en todo. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

"¿Debe o no, una iglesia dar el diez por ciento de las ofrendas que recibe?"

"¿Qué dice la Biblia acerca del diezmo?" Diezmar / ofrendar debe ser un gozo, una bendición.  Tristemente, casi nunca es ese el caso en la iglesia de hoy. Diezmar es un asunto con el que muchos cristianos luchan dia a dia. En muchas iglesias locales ponen demasiado énfasis en diezmar. Al mismo tiempo, muchos cristianos rehúsan someterse a la exhortación bíblica tocante a ofrendar al Señor. Diezmar es un concepto del Antiguo Testamento. El diezmo era un requisito de la ley en la cual todos los Israelitas ofrendaban al tabernáculo / templo el 10% de todo lo que ganaban y hacían crecer ( Levítico 27:30; Números 18:26; Deuteronomio 14:23; 2 Crónicas 31:5 ).  El Nuevo Testamento en ninguna parte ordena, o aún recomienda que los cristianos se sometan a un sistema legalista de diezmar.  Pablo declara que los creyentes deberían apartar una porción de sus ingresos a fin de dar soporte a la iglesia ( 1 Corintios 16:1-2 ). El Nuevo Testamento en ningún lugar señala un cierto porcent...

El Señor nos oye en el día de angustia

Que el Señor te oiga en momentos de angustia; que te defienda el Nombre, el Dios de Jacob. (Salmo 20:1) Cuando todo parece desmoronarse y nuestras almas están abatidas, hay una promesa que brilla como la luz en la oscuridad: el Señor nos escucha en el día de la angustia. Este breve, pero profundo versículo, revela el corazón de un Dios que no es indiferente a nuestro sufrimiento. Él no se limita a observar desde lejos, sino que inclina sus oídos al clamor sincero de quienes lo buscan. El salmista habla con certeza: «Que el Señor te oiga…». Nos reconforta saber que no estamos solos cuando el miedo llama a la puerta, cuando los planes fallan o cuando se nos acaban las fuerzas. La oración, en este contexto, no es un acto religioso vacío, sino un encuentro con el Dios vivo, que nos ayuda, nos protege y nos fortalece. Y todavía hay más: «que te defienda el Nombre, el Dios de Jacob». El nombre de Dios no es solo un título. Es una expresión de su carácter, su fidelidad, su pacto. El ...

Eres un canal de bendición para tu prójimo

Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. Hebreos 13:16) ¿Alguna vez te has parado a pensar en el impacto que tu vida tiene en las personas que te rodean? A menudo creemos que para marcar la diferencia necesitamos hacer grandes cosas, pero la verdad es que cada acto de amor y generosidad cuenta. Una sonrisa, una palabra de aliento o un simple gesto de ayuda pueden transformar el día de alguien. Dios nos ha llamado a ser canales de bendiciones. Él nos da talentos, recursos y oportunidades para compartir con los demás. Cuando tendemos la mano a los necesitados, reflejamos el amor de Cristo y difundimos esperanza. Nuestra vida adquiere un propósito mayor cuando dejamos de mirar solo nuestras propias necesidades y empezamos a ver a los demás con compasión. Incluso en tiempos difíciles, puedes ser un instrumento de Dios. Tal vez una palabra reconfortante tuya sea justo lo que alguien necesita escuchar. Ayudar no es solo dar algo material...