
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. (Juan 11:25)
La historia de la resurrección de Lázaro es uno de los milagros más extraordinarios de Jesús y encierra un poderoso mensaje de fe, esperanza y renovación. Marta y María, hermanas de Lázaro, estaban desesperadas por la muerte de su hermano. A simple vista, todo estaba perdido: la vida se había desvanecido, la tumba ya estaba sellada. Pero cuando Jesús llegó, demostró que ninguna circunstancia es demasiado difícil para el poder de Dios.
Este milagro nos enseña que, incluso cuando todo parece haber terminado, Dios aún puede escribir una nueva historia. ¿Cuántas veces nos sentimos como Lázaro, atrapados en situaciones desesperadas, ya sea una crisis financiera, una relación rota, una enfermedad o incluso una lucha interna contra el desánimo? Pero el mismo Jesús que dijo: "¡Lázaro, sal!", también nos llama a cada uno de nosotros a salir de la oscuridad y caminar hacia la vida.
La demora de Jesús en llegar a la casa de Lázaro no fue por descuido, sino que tenía un propósito. Esto nos recuerda que el tiempo de Dios es perfecto. Él puede permitirnos afrontar el silencio, para que cuando el milagro ocurra, no haya duda: fue su poder el que nos levantó.
No te desanimes por las piedras que parecen bloquear tus sueños ni por la aparente demora en las respuestas. Cree que Jesús sigue siendo la resurrección y la vida. Él se especializa en transformar finales en nuevos comienzos. Donde todos ven muerte, él ve una oportunidad para revelar su gloria.
Hoy, Dios también te llama por tu nombre, invitándote a creer que lo imposible es solo la etapa donde ocurre el milagro. Ten fe: lo que parecía terminado puede volver a florecer en sus manos.
Vive con esperanza en Cristo
Confía en el tiempo de Dios: incluso cuando la respuesta parezca tardar demasiado, confía en que Dios nunca llega tarde. Su tiempo es perfecto y transforma la espera en testimonio, revelando su poder en nuestras vidas.
Mantente firme en la fe: no permitas que el desánimo dicte tu futuro. Así como Marta y María creyeron, mantente firme en la fe, porque la confianza da paso al milagro.
Responde al llamado de Jesús: Jesús llamó a Lázaro por su nombre, y nos llama también a nosotros. Responde con valentía, dejando atrás miedos y limitaciones, y caminando hacia una vida renovada en su presencia.
Para orar:
Señor Jesús, fuente de vida y esperanza, pongo ante ti todas las áreas que parecen estar muertas en mi camino. Resucita mis sueños, fortalece mi fe y ayúdame a confiar en tu tiempo perfecto. Ayúdame a escuchar tu voz llamándome a salir de la oscuridad y tener la valentía de vivir plenamente en tu presencia. Amén.
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