Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

¿Debe un cristiano visitar la tumba de su ser querido?


Hay muchas personas y seguidores de doctrinas, que están mal interpretado, el ser con el hacer de las fiestas, y celebraciones páganas, de países y provincias que practican dichas tradiciones en el mundo con el echo de ir a visitar la tumba de un ser querido.

¡Lo que es, y lo que no es!

No hay ninguna palabra escrita que diga que un cristiano no puede visitar la tumba de un ser querido

Pero analicemos, lo que si prohíbe la biblia a los creyentes.

No debemos participar en festivales, celebraciones que tengan que ver con la celebración de los muertos o el ocultismo. la brujería, la hechicería, la adivinación, y usureros, etc...

¿Deberían los cristianos participar en las celebraciones del Día de los Muertos? La respuesta No.

Lee: Deuteronomio 18:9-14.

La pregunta es si un cristiano debe visitar la tumba de sus seres queridos.

¿Debe? No necesariamente.
¿Puede? Sí puede visitar la tumba de un ser querido asumiendo que la persona que falleció era un ser querido que era creyente.

Podemos ver el caso dónde Jesús visitó la tumba de Lázaro (Juan 11:28-44).

María Magdalena en Mateo 28:1, “Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro”.

Vemos en la Escritura que hubo una visita al sepulcro.

Así que no hay una prohibición en la Escritura que prohíba que los creyentes vayan a visitar la tumba de un ser querido.

Es lo que siempre, en todo lo que hacemos, debemos preguntarnos,

“¿Cuál es la motivación y si es bíblica?”.

La razón por la que sería bíblica es para rendir honor a un ser querido, recordar a la persona que amamos, y puede ser también de mucha importancia en el proceso de duelo cuando la persona muere, porque hay un proceso de despedida de la persona que falleció.

Pero algo importante que los creyentes debemos tener en cuenta: no lo hacemos para tener un sentido de la presencia de la persona, de tener cercanía con la persona.

Vemos en las Escrituras que cuando las personas fallecen están en la presencia del Señor.

No tenemos acceso a ellos hasta el día que nosotros muramos también.

1 Tesalonicenses 4:13-14 nos da una Escritura que nos ayuda a procesar la muerte de un ser querido:

“Pero no queremos, hermanos, que ignoren acerca de los que duermen para que no se entristezcan como lo hacen los demás que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios traerá con El a los que durmieron en Jesús”.

Así que nosotros nos despedimos y nos entristecemos, pero no lo hacemos de la misma forma.

Lo hacemos con esperanza sabiendo que un día el Señor le levantará de los muertos.

Hace unos meses atrás. estábamos reunidos como familia, visitamos a un familiar en el pueblo de Nejapa, El Salvador.

Estábamos recordando las vivencias y historias de la figura de mi abuela, mis tíos y tia y de papá.

Fuimos a la parte central del pueblo, a la plaza, al parque, vimos la alcaldía y el área de mercado.

En ese momento recordé que mi abuela abia sido comerciante en ese mercado y la quise mucho.

Cómo familares recordamos a nuestros seres queridos y sabemos que sus restos están enterrados en diferentes cementerios (tumbas), como creyentes creemos que en el día de la resurrección todos seremos levantados.

Así que nuestra esperanza es que volveremos a ver a aquellos que han muerto en el Señor.

Esta Escritura de 1 Corintios 15:20 debe hablarnos, “Pero ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron”.

Así que podemos visitar la tumba de aquellos seres queridos, pero con las motivaciones correctas, formadas por las Escrituras, con la esperanza del evangelio que un día volveremos a ver a aquellos que murieron.

Romanos 14:1-25

Comentarios

NOVEDADES

"¿Debe o no, una iglesia dar el diez por ciento de las ofrendas que recibe?"

"¿Qué dice la Biblia acerca del diezmo?" Diezmar / ofrendar debe ser un gozo, una bendición.  Tristemente, casi nunca es ese el caso en la iglesia de hoy. Diezmar es un asunto con el que muchos cristianos luchan dia a dia. En muchas iglesias locales ponen demasiado énfasis en diezmar. Al mismo tiempo, muchos cristianos rehúsan someterse a la exhortación bíblica tocante a ofrendar al Señor. Diezmar es un concepto del Antiguo Testamento. El diezmo era un requisito de la ley en la cual todos los Israelitas ofrendaban al tabernáculo / templo el 10% de todo lo que ganaban y hacían crecer ( Levítico 27:30; Números 18:26; Deuteronomio 14:23; 2 Crónicas 31:5 ).  El Nuevo Testamento en ninguna parte ordena, o aún recomienda que los cristianos se sometan a un sistema legalista de diezmar.  Pablo declara que los creyentes deberían apartar una porción de sus ingresos a fin de dar soporte a la iglesia ( 1 Corintios 16:1-2 ). El Nuevo Testamento en ningún lugar señala un cierto porcent...

El Señor nos oye en el día de angustia

Que el Señor te oiga en momentos de angustia; que te defienda el Nombre, el Dios de Jacob. (Salmo 20:1) Cuando todo parece desmoronarse y nuestras almas están abatidas, hay una promesa que brilla como la luz en la oscuridad: el Señor nos escucha en el día de la angustia. Este breve, pero profundo versículo, revela el corazón de un Dios que no es indiferente a nuestro sufrimiento. Él no se limita a observar desde lejos, sino que inclina sus oídos al clamor sincero de quienes lo buscan. El salmista habla con certeza: «Que el Señor te oiga…». Nos reconforta saber que no estamos solos cuando el miedo llama a la puerta, cuando los planes fallan o cuando se nos acaban las fuerzas. La oración, en este contexto, no es un acto religioso vacío, sino un encuentro con el Dios vivo, que nos ayuda, nos protege y nos fortalece. Y todavía hay más: «que te defienda el Nombre, el Dios de Jacob». El nombre de Dios no es solo un título. Es una expresión de su carácter, su fidelidad, su pacto. El ...

Eres un canal de bendición para tu prójimo

Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. Hebreos 13:16) ¿Alguna vez te has parado a pensar en el impacto que tu vida tiene en las personas que te rodean? A menudo creemos que para marcar la diferencia necesitamos hacer grandes cosas, pero la verdad es que cada acto de amor y generosidad cuenta. Una sonrisa, una palabra de aliento o un simple gesto de ayuda pueden transformar el día de alguien. Dios nos ha llamado a ser canales de bendiciones. Él nos da talentos, recursos y oportunidades para compartir con los demás. Cuando tendemos la mano a los necesitados, reflejamos el amor de Cristo y difundimos esperanza. Nuestra vida adquiere un propósito mayor cuando dejamos de mirar solo nuestras propias necesidades y empezamos a ver a los demás con compasión. Incluso en tiempos difíciles, puedes ser un instrumento de Dios. Tal vez una palabra reconfortante tuya sea justo lo que alguien necesita escuchar. Ayudar no es solo dar algo material...