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El soplo de vida

Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. (Génesis 2:7)

Cuando Dios formó al ser humano sopló en su nariz el hálito de vida. 

Él es el autor de la vida. Sin el poder del Creador ninguna criatura estaría viva y sin él la vida no sería posible.

Todo en la tierra emana vida y es un reflejo del poder de Dios. 

Pequeños o grandes, jóvenes o con edad avanzada, todos somos prueba del amor de Dios. 

Todo lo que tiene vida en la naturaleza alaba a Dios (Salmo 148). 

Nosotros debemos decidir adorarlo en espíritu y en verdad (Juan 4:23-24).

¡Tú eres especial! Amado por Dios desde el vientre. ¡Alaba al Señor! ¡Que todo lo que respira alabe al Señor! (Salmo 150:6a).

Alaba a Dios por tu vida.

Toma tiempo en esta semana para leer la historia de la creación (Génesis 1 y 2). 

Da gracias a Dios por la belleza que te rodea, por la gente linda que él ha puesto a tu lado y porque te concedió la vida.

Recuerda todo lo que Dios ha hecho por ti en tu vida y adóralo de todo corazón.


Para orar:
Dios, tu hálito me trajo la vida y tu Hijo me salvó.

 Tu poder me inspira a proclamar tu palabra de fe y salvación. 

Gracias por amarme tanto. 

Te amo, mi Señor y mi Dios. Amén.

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NOVEDADES

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