Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe. (Gálatas 6:10)
Hacer el bien y dar buen testimonio son características evidentes en todo cristiano. No solo hacemos el bien porque es lo correcto, sino que lo hacemos porque amamos a Dios.
Amamos al prójimo porque se nos amó primero. Jesús renunció a su propia vida por nosotros y no hay una prueba de amor más grande que esta. Su amor nos alcanzó y a través de esa oportunidad recibimos la salvación. ¡Jesús nos salvó en el momento preciso!
Tal como lo hizo Cristo, cuando tengas la oportunidad de orar por alguien, ora. Cuando se presente la oportunidad de declarar una palabra de bendición, declárala. Hacer el bien es poner el Evangelio en práctica. Con toda seguridad, tus hechos producirán frutos, ¡buenos frutos!
Haz y cosecha el bien
Declara una palabra de bendición a tu prójimo. El amor es una forma de evangelizar.
Está dispuesto a hacer el bien. Puede parecer obvio, pero cuando estamos preocupados por "nuestros problemas" perdemos la oportunidad de ayudar a otros.
Nuestros hechos reflejan nuestra fe. Examina tus hechos, examínate a ti mismo y esfuérzate en mejorar cada día.
Para orar:
Señor, quiero aprender más de ti. Tu amor me motiva a hacer el bien. Quiero seguir tus pasos, quiero obedecer tu Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
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