Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

¿Cuál es el propósito de hacer un propósito?


Propósito es la razón por la cual hacemos lo que hacemos. 

El propósito es el motivo, la intención o la meta que impulsa nuestras acciones y elecciones, dando significado y dirección a nuestras vidas.

Cuando hacemos un propósito con Dios, nos estamos comprometiendo a realizar algo con el objetivo principal de cumplirlo ante él. 

Por lo tanto, hacer un propósito con Dios no es nada sencillo. 

Hacer una promesa y cumplirla, por simple que sea, es una meta desafiante.

Hacer un voto no es un regateo... Dios no hace negocios. Es un compromiso. A la hora de evaluar tu situación, comprueba que tu idea sea posible y evita prometer algo que está fuera de tu alcance.

Si sientes en tu corazón hacer un compromiso con Dios, hazlo, pero hazlo de todo corazón. 

No te comprometas por los demás ni por vanidad. 

Dios quiere de nosotros un compromiso verdadero y que nuestra meta principal sea amar y obedecer su Palabra.

¿Comprometerte a algo o no?
Quiero hacer un propósito para obtener algo a cambio - ⛔️
Quiero desafiarme para agradar más a Dios - ✅
Hice un propósito y no lo cumplí - Pídele perdón a Dios.

Para orar:
Señor, siento en mi corazón que quiero buscarte más. Quiero desafiar mi carne, quiero alimentarme de los frutos del Espíritu. Ayúdame, empodérame. En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

Con Cristo, todo el año es un año nuevo

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) El final del año es por lo general un momento de conmemoración, aunque no para todos. Para algunas personas pensar en el próximo año puede causar desánimo: "da igual, todos los años son iguales". No todos actúan de la misma manera ante la expectativa de un año nuevo. La mejor manera de romper con el desánimo es ser sincero con Dios. No hay nada mejor que abrir el corazón y exponer tus expectativas antes del "cambio de año". Dios es misericordioso, él nos oye, y es eso lo que desea que hagamos. Solo el Espíritu Santo es capaz de calmarnos y de confortarnos. ¡Permítele que lo haga! Sé sincero contigo y reconoce todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Desarrollar un corazón agradeci...