Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. Y, si ustedes pertenecen a Cristo, son la descendencia de Abraham y herederos según la promesa.
(Gálatas 3:26-29)
Vivimos tiempos en los que las personas se aferran a cada rasgo de personalidad, característica física, preferencias, color de piel, género y otras cosas para afirmar su identidad.
La identidad se ha convertido en el tema más importante de la cultura pop, debes saber definir tu identidad.
Es un error común terminar reducido a estas categorías mencionadas anteriormente, como si, por ejemplo, el color de la piel fuera la mayor característica de esa persona.
El hecho es que para los judíos en la época de Jesús, ser judíos también era su mayor rasgo de identidad y eso importaba.
En vista de esto,
Pablo afirma que lo que define nuestra identidad es nuestra fe en Cristo Jesús como hijos de Dios adoptados por la fe.
Eres hijo de Dios, antes que hombre o mujer, blanco o negro, mexicano, colombiano o extranjero.
Comparado con Cristo, ninguna de estas cosas tiene demasiado valor.
Para saber quién eres
Conoce a Cristo y su obra para que puedas creer en él y tener tu identidad establecida en él.
Esfuérzate en conocer a Dios, conoce de quién eres hijo por la fe.
Confía en Dios, nuestro Padre bondadoso.
Para orar:
Señor, te agradezco por lo que has hecho por mí. Gracias a tu trabajo, hoy soy considerado tu hijo.
Gracias a Jesús, tú me has adoptado y eres mi Padre.
Ayúdame a no olvidar jamás quién soy en ti, quién soy en Cristo, hijo amado de un Padre perfecto. En el nombre de Jesús, amén.
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