Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían.
-- Nahúm 1:7
Los tiempos presentes nos llevan a temer y a sentirnos inseguros en cuanto al futuro.
Hay incertidumbre en el área profesional e inestabilidad en las relaciones familiares.
Esos miedos nos hacen perder la confianza y cuando nos damos cuenta, nos hemos dejado enredar por las noticias del mundo como un barco arrastrado por la corriente.
La Biblia dice que debemos huir de la apariencia del mal pues nos contamina y cuando reaccionamos, ya nos ha influido.
En esos momentos debemos decir «basta» y alejarnos de todo lo que nos debilita.
Debemos cerrar nuestros oídos a las noticias que no nos edifican.
La mejor forma de apartarnos de lo que es negativo es volver nuestra mirada a Dios.
Él es bueno y nuestra alma se tranquiliza en él al recuperar la confianza necesaria para enderezar nuestro camino.
Cuando leemos la Palabra de Dios, buscamos refugio en un buen lugar.
Y cuando oramos a Dios, sus brazos nos envuelven.
Esta relación nos dará confianza, la certeza de que vendrán días mejores y que el Señor estará a nuestro lado.
Refúgiate en el lugar correcto
La Biblia es un buen refugio para nuestra alma y es eficaz para reanimarnos y fortalecer nuestra fe.
Habla con Dios, ora.
Dios quiere oír tu voz y saber qué es lo que te angustia.
Cuando somos sinceros con Dios movemos su corazón.
No pienses que puedes hacer todo tú solo: busca un iglesia.
Si ya asistes a una, comparte tus desafíos con algún hermano de confianza.
Es en medio de las luchas que encontramos hermanos que nos acompañen en la batalla.
Para orar:
Señor, me siento inseguro, pero tú eres poderoso y capaz de transformar mi vida.
Alivia mi corazón y calma mi alma.
¡Confío en ti!
Abrázame con tu amor.
En el nombre de Jesús, amén.
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