Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Que tu boca sea un canal de bendición


Ninguna palabra obscena salga de su boca sino la que sea buena para edificación, según sea necesaria, para que imparta gracia a los que oyen. (Efesios 4:29)

Nuestra boca es un instrumento importante para llevar la palabra de salvación. Es justamente por eso que debemos medir lo que hablamos y pensar si nuestra boca es un canal de bendición o maldición.

Con nuestra lengua podemos curar o herir. Nos corresponde a nosotros escoger lo que extendemos con nuestra boca. Conscientes de esa responsabilidad, debemos controlar nuestra boca para que hablemos lo que realmente queremos decir. La Biblia nos puede ayudar a desarrollar nuestro autocontrol. Y la Biblia, además de ser una fuente de sabiduría, contiene palabras que curan y salvan.

Cuando nos alimentamos de la Palabra de Dios comenzamos a hablar de lo que hay en nuestro corazón. Aun más, empezamos a comportarnos conforme a la Palabra así que nuestros hechos hablan por sí mismos, no solo nuestras palabras. ¡Que tu boca sea un canal de bendición!

Sé un canal de bendición:

Evita hablar demasiado, piensa antes de hablar. Escoger lo que vamos a decir nos ayuda a actuar con sabiduría.

Olvida la "crítica constructiva". Habla palabras que levanten a tu hermano. Para construir no es necesario criticar, pero sí puede ayudar indicar soluciones.

La Biblia es la mayor fuente de sabiduría que puedes encontrar. Aquel que se alimenta de sus palabras es un canal de bendición.

Para orar:

Señor, vuélveme un instrumento en tus manos. Usa mi boca como un canal de tus buenas nuevas. De ti recibo bendiciones. Que yo pueda compartir con mi boca tu amor y tu favor. Amén.


Comentarios

NOVEDADES

LA UNIDAD DE EL CRISTIANO: Estudio Bíblico

¿CON QUÉ AUTORDAD? “Mas no ruego sólo por estos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos, para que todos sean uno. Como tu, oh Padre, estas en mi y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tu me enviaste” ( Hechos 17:20-21 , LBLA). INTRODUCCIÓN Este pasaje del evangelio según Juan capitulo 17:20-21 muestra claramente cuál es la voluntad de Dios en cuanto a la clase de unidad que Dios desea de los creyentes. Animo a todos los lectores a que presten mucha atención a este tema ya que es uno de mucha importancia. Les animo a que practiquen los siguientes tres pasajes Bíblicos ( Hechos 17:11; 1 Tesalonicenses 5:21 & 1 Juan 4:1 ). Espero que después que haya leído estos pasajes usted crea lo que dice la Biblia y no lo que yo digo. Lo que siempre debe de importarnos es lo que dice Dios y no lo que los hombres, y sus doctrinas enseñan. La unidad del cristiano es un tema muy importante a considerar. Dios desea que Su pueblo este...

No le des la espalda a Dios, por tu propio bien!

No te expongas al peligro, por tu propia voluntad Muchos sabemos lo que es estar en una situación difícil, cuesta arriba  o en una pendiente muy inclinada y resbaladiza, ya sea por agua, lodo,  hielo o cascajo suelto. Hace años atrás, hablaba con un amigo y hermano en cristo, acerca de las entonces dificultades y obstáculos que un cristiano suele enfrentar en su diario vivir. Cuando alguien usa estas palabras  «estoy en una situación difícil y no quiero fallarle a Dios»  para tratar de evitar un paso en falso, aunque sea pequeño, en una dirección peligrosa, entendemos muy bien la advertencia. Sentimos ansiedad por una decisión que, de pronto, podría colocarnos en un terreno perjudicial (peligroso). Muchos también sabemos que la Biblia describe los caminos resbaladizos en los que terminamos cuando deliberadamente le damos la espalda a Dios. El profeta Jeremías se refiere a aquellos que voluntariamente ignoran el peligro real, la palabra d...

No confundas los desafíos con derrotas

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. (Juan 16:33) En la vida es común enfrentar momentos en los que todo parece desmoronarse. Las puertas se cierran, soplan vientos contrarios y el alma se siente abatida. En momentos así, muchos confunden el desafío con la derrota. Pero es importante entender que el desafío es una parte esencial del crecimiento, no el final del viaje. Los desafíos nos moldean, nos fortalecen y nos acercan a Dios. Nos enseñan a confiar más, a orar con más fervor y a depender completamente de la gracia de Dios. Cuando David se enfrentó a Goliat, fue un desafío, no una derrota. Cuando José fue vendido por sus hermanos y arrojado a la cárcel, fue un proceso, no el final de la historia. Dios nunca prometió una ausencia de luchas, pero garantizó su presencia constante en medio de ellas. Él convierte el desierto en un camino y el dolor en un propósito. Si hoy estás enfrentando algo difícil,...