Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Ama a Dios a través de tus buenas acciones

Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

(Deuteronomio 6:5)


Amar a Dios es más que tener sentimientos profundos en nuestro corazón. Es una expresión de devoción que se manifiesta en nuestras acciones diarias. Dios nos llama a amarlo con todo nuestro ser: corazón, alma y fuerzas. Dios quiere que nuestro amor se extienda a través de nuestras acciones y que no sea solo palabras.


Cuando comprendemos el amor de Dios por nosotros, nos sentimos inspirados a compartir ese amor con quienes nos rodean. Jesús nos enseñó a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y a hacer con los demás lo que nos gustaría que hicieran con nosotros. Estas acciones demuestran nuestro amor por Dios a través de nuestro amor por los demás.


Uno de los ejemplos más poderosos de amar a Dios a través de buenas obras es servir a los necesitados. Cuando nos acercamos a los pobres, cuidamos a los enfermos, alimentamos a los hambrientos y consolamos a los afligidos, estamos expresando nuestro amor por Dios. Jesús dijo:


El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”.

(Mateo 25:40)


Busquemos que nuestro amor por Dios sea evidente en nuestras acciones diarias. Que nuestras vidas sean un reflejo de su amor incondicional por nosotros. Que cada buena obra que hagamos sea una expresión tangible de nuestro amor por él. Y, sobre todo, que nuestro amor por Dios sea el fundamento de todo lo que hacemos, siendo la motivación para glorificarlo en todo lo que somos y hacemos.


Ama a Dios en la práctica

Encuentra oportunidades diarias para servir a otros: está dispuesto a ayudar a alguien que lo necesite.

Practica el perdón: elige liberar resentimientos y perdonar a quienes te han lastimado.

Esfuérzate por vivir una vida justa y obediente: toma decisiones sabias, trata a los demás con amabilidad y sé íntegro en todas las áreas de tu vida.

¿Oramos?

Señor, muéstrame cómo servir a los necesitados, perdona a los que me han hecho mal y ayúdame a vivir una vida de justicia ante ti. Que mi amor por ti sea evidente en todas las áreas de mi vida. En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¿Qué debo hacer cuando no logro entender?

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29) Moisés llegaba al final de su vida. Él estaba consciente de que moriría poco después sin lograr entrar a la "Tierra Prometida". En sus últimas palabras para el pueblo de Israel, él afirmó que existen cosas encubiertas para nosotros. Son cosas que no entenderemos jamás en esta vida, pues huyen a nuestra comprensión humana. Hay tres actitudes que nos pueden ayudar a lidiar con lo que no logramos entender: Confianza - Aun cuando no entendamos lo que sucede, podemos confiar en el Señor, pues sabemos que él conoce lo que es mejor para nosotros. Obediencia - No necesitamos entender para obedecer. La confianza nos lleva a obedecer aunque no entendamos todo. Humildad - Obedecer sin comprender, también exige humildad. La humildad nos ayudará a aceptar aquello que no entendemos. Confía y obede...

Conectado con Dios

En el mundo acelerado en el que vivimos, es fácil quedar atrapado en las redes sociales, los juegos, la música y todas las distracciones que nos ofrece la vida moderna.  Pero como cristianos, es esencial que recordemos este versículo: Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes. (Jeremías 33:3) La tecnología nos permite estar conectados con el mundo, pero a veces nos olvidamos de conectarnos con Dios. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones, responder nuestras preguntas y revelarnos maravillas que van más allá del entendimiento humano. La oración es nuestra conexión directa con Dios. Conectarnos con Dios no significa abandonar nuestra vida cotidiana, sino que lo incluimos en todos los aspectos de la misma. Al comenzar el día con oración, dar gracias por sus bendiciones, buscar su guía en tiempos de duda y compartir su mensaje de amor y esperanza con los demás, estamos verdaderamente conectados con Dios. A medida que bus...