¡ Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre; proclamar tu gran amor por la mañana, y tu fidelidad por la noche. (Salmo 92:1-2) No hay nada mejor que separar un tiempo de nuestro día para dedicarlo a Dios. La Palabra de Dios nos revitaliza y nos da la perspectiva de un día lleno de bendiciones. Alabar a Dios es bueno para nuestra salud física y espiritual. Cuando comenzamos nuestro día dando gracias a Dios partimos del principio que Dios está en control de todas las cosas. Tal como es bueno comenzar el día con Dios, también es bueno comenzar la noche en su presencia. Agradecer a Dios durante la noche nos tranquiliza y con su gracia descansamos en paz. Cultiva este buen hábito: ¡da gracias a Dios cada día! Da gracias todos los días Intenta comenzar el día con una oración corta agradeciendo por la oportunidad de un nuevo día. Incluye la lectura bíblica como una práctica diaria. La Palabra de Dios nos alimenta y nos da...
On Line... Proclamar, enseñar, evangelizar, discipular, ganar y capacitar. Sin almas ganadas, no hay nadie para enseñar.