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La gratitud a Dios es la llave de la bendición


¿Has notado que cuando estamos felices tendemos a ser generosos? 

Por ejemplo, en una lista de regalos de boda, siempre buscamos la felicidad de los novios. 

Esto nos hace felices: ver la alegría de ellos. 

Con Dios también es así, él se complace con nuestra gratitud y siempre corresponde en mayor medida de lo que esperamos.


Cuando estamos agradecidos - y la gratitud va más allá de las palabras - reconocemos la importancia de Dios en nuestras vidas. 

Este reconocimiento genera amor y Dios derrama aún más bendiciones sobre nosotros.


Sin embargo, debes entender que esto no es un intercambio o una negociación: es causa y consecuencia. 

Si pecamos, sufrimos las consecuencias del pecado. 

Pero si amamos a Dios, recibimos las consecuencias del amor. 

Esa es primordial: ¡amar a Dios y recibir su amor!


La gratitud es la clave

Da gracias a Dios de verdad, de todo corazón. 

Exprésale tu agradecimiento de buena gana y no por obligación.

Expresa tu gratitud a Dios en hechos, no solo en palabras.

Si esperas algo a cambio estás pensando de manera equivocada. 

Repasa los conceptos bíblicos sobre el amor, lee 1 Corintios 13:4-7.


Para orar:

¡Señor, me siento tan amado por ti! 

Muchas gracias porque estás presente en cada momento de mi vida. 

Solo tengo que agradecer y alabar tu nombre. Eres mi norte, mi guía. 

Nunca me has dejado y sé que me amas de verdad porque siento y reconozco este amor. 

Gracias Padre, amén.

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