Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Más cerca, oh Dios, de ti

 

Para mí el bien es estar cerca de Dios.

He hecho del Señor Soberano mi refugio
para contar todas sus obras.
(Salmo 73:28)

Hay un himno en los himnarios cristianos que es bastante antiguo y conocido. 

Es un himno que expresa el siguiente sentir en su título y en el coro: «Más cerca, oh Dios, de ti quiero morar». 

En él se canta sobre la inmensa alegría que es disfrutar de la buena compañía, el amor y la esperanza que encontramos en la presencia del Señor. 

De hecho, tal como dijo el salmista «el bien es estar cerca de Dios».

Si es así, 

¿por qué es que muchas veces nos alejamos? 

Infelizmente, nuestro corazón se inclina de forma natural a la independencia del Padre celestial. 

¿No fue esa la misma tentación enfrentada por nuestros antepasados en el Jardín del Edén, la elección de vivir lejos o cerca de Dios?

Por toda la Biblia vemos un sinnúmero de invitaciones amorosas de Dios para que su pueblo se acerque a él. 

Hoy no es diferente. Cristo nos llama a una relación de cercanía real. 

Cuando estamos lejos, él nos atrae de nuevo recordándonos aquello que nos da esperanza, su presencia y que en él tenemos más de lo que podamos necesitar.

Acércate con confianza - Hebreos 4:16
Dios ya dio el 1er paso para estar más cerca.

Ahora tú necesitas responder a su invitación.

Si te sientes lejos de Dios, es momento de regresar hasta el punto en el que comenzaste a apartarte de él.

Aunque te parezca que no puedes orar, ¡ORA! Jesús no rechaza la oración sincera aunque sea muy corta o sencilla.

Lee la Biblia buscando comprender por medio de ella lo que Dios habla a tu corazón.

Busca ayuda de amigos de fe, pueden ayudarse mutuamente a permanecer siempre cerca de Dios.

Para orar:
«Más cerca, oh Dios, de ti quiero morar; aunque sobre una cruz me hayan de alzar».

Señor, ayúdame a confiar siempre que no hay ningún otro lugar del mundo mejor que estar cerca de ti. 

Atráeme cuando me aleje y no permitas que me aparte de tus caminos. 

Que cada día yo ande más cerca de ti, Padre. 

En el nombre de Jesús, amén.


Comentarios

NOVEDADES

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¿Qué debo hacer cuando no logro entender?

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29) Moisés llegaba al final de su vida. Él estaba consciente de que moriría poco después sin lograr entrar a la "Tierra Prometida". En sus últimas palabras para el pueblo de Israel, él afirmó que existen cosas encubiertas para nosotros. Son cosas que no entenderemos jamás en esta vida, pues huyen a nuestra comprensión humana. Hay tres actitudes que nos pueden ayudar a lidiar con lo que no logramos entender: Confianza - Aun cuando no entendamos lo que sucede, podemos confiar en el Señor, pues sabemos que él conoce lo que es mejor para nosotros. Obediencia - No necesitamos entender para obedecer. La confianza nos lleva a obedecer aunque no entendamos todo. Humildad - Obedecer sin comprender, también exige humildad. La humildad nos ayudará a aceptar aquello que no entendemos. Confía y obede...

Conectado con Dios

En el mundo acelerado en el que vivimos, es fácil quedar atrapado en las redes sociales, los juegos, la música y todas las distracciones que nos ofrece la vida moderna.  Pero como cristianos, es esencial que recordemos este versículo: Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes. (Jeremías 33:3) La tecnología nos permite estar conectados con el mundo, pero a veces nos olvidamos de conectarnos con Dios. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones, responder nuestras preguntas y revelarnos maravillas que van más allá del entendimiento humano. La oración es nuestra conexión directa con Dios. Conectarnos con Dios no significa abandonar nuestra vida cotidiana, sino que lo incluimos en todos los aspectos de la misma. Al comenzar el día con oración, dar gracias por sus bendiciones, buscar su guía en tiempos de duda y compartir su mensaje de amor y esperanza con los demás, estamos verdaderamente conectados con Dios. A medida que bus...