Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Camina en integridad

El que camina en integridad será salvo, pero el de caminos torcidos caerá en una fosa (Proverbios 28:18, Reina Valera Actualizada)

Proceder con integridad es vivir un estilo de vida diferente al de la mayoría de las personas. 

Es andar contra la corriente del mundo actuando con honestidad, de forma digna, recta y pura. 

Una persona íntegra es genuina y leal, no oscila entre dos caminos ni está inclinada a los caminos torcidos.

Como hijos de Dios, necesitamos vivir honradamente tal como lo hizo Jesús, imitándolo siempre como nuestro mejor ejemplo. 

Él es el camino por el cual andamos rumbo a la salvación. 

Cristo es también la dirección para una vida auténtica. 

En él tenemos una vida nueva que ha despertado al amor y a la fe, con nuevos valores y una nueva manera de pensar, hablar, ver y comportarse.

Camina por el buen camino.

Medita y reflexiona sobre si has sido una persona íntegra en todas las áreas de tu vida.

Ora y pide al Señor que te ayude a ver si has andado por algún camino torcido.
Reconoce las áreas de tu vida en las que necesitas mejorar.

Empéñate en parecerte más a Jesucristo. Aprende a ser más como él leyendo la Biblia.

Sé sincero y fiel en todo lo que haces. 

Dios ama la verdad y la justicia. 

Él sustentará tus pies y recompensará las buenas actitudes.


Para orar:
Señor nuestro Dios, ayúdame a ser alguien mejor. 

Que en este día yo sea mejor de lo que fui ayer y que yo continúe mejorando según camino en la compañía de Cristo. 

Hazme sabio para huir del mal y esforzado para seguir tu camino. 

Ayúdame a ser dedicado, generoso, honesto, bondadoso, educado, leal y verdadero como Jesús, mi Señor. 

Gracias por darnos el modelo de la integridad.
Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

Con Cristo, todo el año es un año nuevo

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) El final del año es por lo general un momento de conmemoración, aunque no para todos. Para algunas personas pensar en el próximo año puede causar desánimo: "da igual, todos los años son iguales". No todos actúan de la misma manera ante la expectativa de un año nuevo. La mejor manera de romper con el desánimo es ser sincero con Dios. No hay nada mejor que abrir el corazón y exponer tus expectativas antes del "cambio de año". Dios es misericordioso, él nos oye, y es eso lo que desea que hagamos. Solo el Espíritu Santo es capaz de calmarnos y de confortarnos. ¡Permítele que lo haga! Sé sincero contigo y reconoce todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Desarrollar un corazón agradeci...