|
David
C. McCasland
Durante
una época de crisis económica y
noticias deprimentes, dos alumnos de la
Universidad Purdue decidieron elevar
el espíritu de la gente del campus
con palabras alentadoras.Todos los miércoles por la tarde, durante dos horas, Cameron Brown y Brett Westcott se paraban junto a una concurrida acera, con un cartel grande que decía «Elogios gratuitos», y expresaban cosas agradables a todos los que pasaban. «Me gusta tu abrigo rojo». «Qué lindas botas para nieve». «Hermosa sonrisa». Algunos estudiantes decían que, todos los miércoles, pasaban a propósito por donde estaban «los chicos de los elogios», solo para oír comentarios amables.
Quedé
impactado por estos dos jóvenes, que miraban a la gente con el
propósito de elogiarla, en vez de buscar algún error o de criticar.
Nosotros,
como seguidores de Cristo,
¿es así como vemos a los demás todos los días? |
||
Read: Provervios 16:20-28 |
(
Provervios 16-Audio-)
|
||
Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos.- Provervios 16:24 |
|
||
Bible
in a Year: Josue 7-9; Lucas 1:21-28 |
"Reflexions from Our Daily Bread"
Posted by: Ben Ayala : benayalal@gmail.com
![]() Thanks to the Sources at: rbc[dot]org -and- odb[dot]org |
||
¿Quien fue el hombre que mientras mentia Dios estaba con él y cuando dijo la verdad Dios se aparto de él?
Libro de Jueces : La historia de Sansón y Dalila. (Jueces 16:13 mentira, v. 17 dijo la verdad y v. 20 Dios se aparto de él.)- Después Sansón se enamoró de una mujer llamada Dalila, que vivía en el valle de Sore. Los jefes de los filisteos fueron a ver a Dalila, y le dijeron: –Engaña a Sansón y averigua de dónde le vienen sus fuerzas extraordinarias, y cómo podríamos vencerle; así podremos atarle y tenerle sujeto. A cambio de tus servicios, cada uno de nosotros te dará mil cien monedas de plata. -Entonces ella dijo a Sansón: –Por favor, dime de dónde te vienen esas fuerzas extraordinarias. ¿Hay algún modo de atarte sin que te puedas soltar?-Sansón le respondió: –Si me atan con siete cuerdas de arco que todavía no estén secas, perderé mi fuerza y seré un hombre común y corriente. Los jefes de los filisteos llevaron a Dalila siete cuerdas de arco nuevas, y con ellas Dalila ató a Sansón. Y como ya antes había escondido a unos hombres en su cuarto, gritó: –¡Sansón, te atacan los f...
Comentarios
Publicar un comentario