Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

La prontitud de José

Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa.
(Mateo 1:24)

José fue el padre adoptivo de Jesús, ya que Dios escogió a su prometida virgen para que en su vientre creciera el Salvador. 

Dios no hizo esa elección de forma imprudente ni para castigar a José al hacer que su prometida quedara encinta. 

Dios los escogió a propósito.

José era un hombre justo, como el texto declara y demuestra. 

Dios escogió a José para ser el padre adoptivo de Jesús y para que lo criara de acuerdo con la ley. 

Después de que se enteró del embarazo milagroso de María, José tuvo una visión en un sueño donde se le explicaba todo y se le daban instrucciones.

Tan pronto se despertó, José hizo lo que el ángel de Dios le dijo en el sueño. 

Él estaba preparado para hacer lo que Dios lo llamó a hacer. 

Su historia nos inspira a estar preparados ante los llamados de Dios de servirle y adorarle. 

Tal como lo hizo José, debemos estar listos para actuar.

Despiértate y ve:
Medita y piensa, ¿para qué te ha llamado Dios? 

Haz como José, levántate y actúa.

Ora para que Dios abra las puertas de oportunidades en tu vida tal como lo hizo con José.

Cree en los milagros de Dios. 

Él provee y sustenta.


Para orar:
Señor, mi Dios y Padre, oro a ti, para que me llames: aquí estoy, Señor. 

Tal como llamaste a José en un sueño para una misión noble, estoy aquí listo para ir adonde tú quieras. 

Úsame Padre. 

Que tu Santo Espíritu me acompañe y me guarde. 

En el nombre de tu Hijo Jesucristo, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¿Qué debo hacer cuando no logro entender?

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29) Moisés llegaba al final de su vida. Él estaba consciente de que moriría poco después sin lograr entrar a la "Tierra Prometida". En sus últimas palabras para el pueblo de Israel, él afirmó que existen cosas encubiertas para nosotros. Son cosas que no entenderemos jamás en esta vida, pues huyen a nuestra comprensión humana. Hay tres actitudes que nos pueden ayudar a lidiar con lo que no logramos entender: Confianza - Aun cuando no entendamos lo que sucede, podemos confiar en el Señor, pues sabemos que él conoce lo que es mejor para nosotros. Obediencia - No necesitamos entender para obedecer. La confianza nos lleva a obedecer aunque no entendamos todo. Humildad - Obedecer sin comprender, también exige humildad. La humildad nos ayudará a aceptar aquello que no entendemos. Confía y obede...

Conectado con Dios

En el mundo acelerado en el que vivimos, es fácil quedar atrapado en las redes sociales, los juegos, la música y todas las distracciones que nos ofrece la vida moderna.  Pero como cristianos, es esencial que recordemos este versículo: Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes. (Jeremías 33:3) La tecnología nos permite estar conectados con el mundo, pero a veces nos olvidamos de conectarnos con Dios. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones, responder nuestras preguntas y revelarnos maravillas que van más allá del entendimiento humano. La oración es nuestra conexión directa con Dios. Conectarnos con Dios no significa abandonar nuestra vida cotidiana, sino que lo incluimos en todos los aspectos de la misma. Al comenzar el día con oración, dar gracias por sus bendiciones, buscar su guía en tiempos de duda y compartir su mensaje de amor y esperanza con los demás, estamos verdaderamente conectados con Dios. A medida que bus...